Ernesto Pimentel y su hijo Gael, juntos en la fecha más especial del año.
Ernesto Pimentel y su hijo Gael, juntos en la fecha más especial del año.

De sus 55 Nochebuenas, la que más recuerda Ernesto Pimentel es la que celebró a los 15 años junto a su abuela en el Hospicio Ruiz Dávila. “Conseguí medio pollo a la brasa y cuando terminó la hora de la visita me quedé escondido en su cuarto. Llegaron las doce, comimos el pollo, nos abrazamos y minutos después tocaron la puerta. Aunque me oculté, el administrador me encontró y dijo que no podía quedarme. Fui feliz a la Misa de Gallo de la Iglesia de San Francisco, había compartido con mi Estelita lo poco que tuve, que para mí fue el mejor regalo”, recuerda Pimentel.

A veces asociamos la abundancia con la felicidad, tus recuerdos reafirman que no es así.

Y está bien recordar, está bien la emoción que eso nos genera, hay que agradecer eso que se ha podido vivir. Cada toalla envuelta para dársela a tu hijo, o quizás el pan compartido, hasta lo poco que uno tiene, todo eso le da sentido a la Navidad.

¿Y ahora que tienes a tu hijo Gael, cómo recibes la Navidad?

Mirándola como no la veía antes. Siempre esperaba que pase rápido, ahora es algo que espero, con Gael decoramos días antes la casa y tengo una lista grande de sus pedidos. En medio de todo esto, lo más importante es cada año darle gracias a Dios por cada día, por cada momento. Por lo que faltó antes y por lo que hay.

En tu caso no necesitas la Navidad para compartir, para dar la mano.

Lo que pasa es que yo soy producto de la solidaridad de muchas personas que me ayudaron cuando yo no tenía nada, Entonces, pasa el tiempo y yo he acogido algunas labores y obras que con mi esfuerzo todos los años en estas fechas llevo adelante.

"Soy producto de la solidaridad de muchas personas que me ayudaron cuando yo no tenía nada, Entonces, pasa el tiempo y yo he acogido algunas labores y obras que con mi esfuerzo todos los años en estas fechas llevo adelante", dice Ernesto Pimentel..
"Soy producto de la solidaridad de muchas personas que me ayudaron cuando yo no tenía nada, Entonces, pasa el tiempo y yo he acogido algunas labores y obras que con mi esfuerzo todos los años en estas fechas llevo adelante", dice Ernesto Pimentel..

Sientes que en estos tiempos de impresionantes adelantos tecnológicos, se está perdiendo la humanidad, empatía, solidaridad...

¿Sabes que siento?, que esos valores no se han ido, son cada día más fuertes, sino que no los vemos, no queremos destacarlos en el otro. En los comedores populares a los que voy hay un desprendimiento enorme, generoso, genuino, es constante y va más allá de estas fiestas. Conozco personas que son voluntarias, que van más allá de su trabajo y se preocupan por los demás, yo sí creo en la gente, yo lo vivo, lo siento.

¿Cómo eres con Gael en Navidad, cómo equilibras el amor con los límites?

Por ejemplo, todo lo que hemos ido teniendo durante este año pasado en buen estado lo hemos entregado todo, incluyendo sus juguetes, eso es el aprendizaje, no es un hecho teórico, entonces, no es solo explicarle el privilegio de dar, sino también la bendición de que alguien nos lo reciba. Ser solidario te pone cerca de la persona que ayudas.

¿Eres un hombre exitoso, alguna vez se te han subido los humos?

Lo que pasa es que yo siento que soy un trabajador y que cada vez que estoy arriba con el rating, apenas termina el programa tengo que estar trabajando en el siguiente, no me da tiempo para creerme nada. De lo que sí estoy orgulloso es de trabajar al lado de talentos peruanos en la producción, en la dirección, en las cámaras; de eso sí me enorgullezco.

Entonces,… nada de vanidad, nada de soberbia.

Yo siento que no, y espero que nadie piense que es mentira. Yo siempre he estado consciente que todo en la vida es breve, que mañana puede terminar, por eso quizás no tengo ese sentimiento de vanidad y de creerme nada más que el ser un artista que trabaja y que seguirá siendo una apuesta de entretenimiento para la gente.