Su primera nominación al Grammy Latino con “Aventuras”, que compite este 2023 en la categoría a Mejor Álbum Latino de Música para Niños, ha puesto en el escenario internacional a Flor Bromley, cantautora peruana que tiene su centro de operaciones en Nueva York. Ese reconocimiento a su carrera, es el fruto de un trabajo sostenido y que ella admite; no ha sido nada fácil.
“Es todo es un proceso, vine a Estados Unidos hace más o menos 15 años, sin conocer a nadie de la industria, y empecé a formar mi propio camino. Empecé a visualizar qué cosa realmente quería hacer con mi carrera porque yo vine acá para estudiar teatro musical, Poco a poco fue fluyendo y comencé a hacer teatro para niños que es lo me encanta. Allí se inició todo”, cuenta la cantautora.
¿Qué importante es, en un ambiente tan competitivo, elegir a la gente adecuada para trabajar?
Aquí en Nueva York hay demasiado talento, tu misión es buscar tu nicho, lo que te va a distinguir para poder visualizarte, para dar algo al público que nadie más, o muy poca gente puede dar. Además de tu arte, es importante conocer a productores, a gente que además que te caiga bien, puedas trabajar bien, que puedan entender tu visión creativa. También hay que estar alerta con mucha mucha gente que engaña, que estafa, que te va a prometer ayuda y no cumple.
Llegaste a Nueva York a estudiar teatro musical, ¿cómo te involucras en la música para niños?
Ya la venía haciendo en Perú, estaba utilizando lo que aprendí en la escuela de teatro de la Católica y lo aplicaba en mi labor de cuentacuentos. .Siempre he creado canciones desde chiquita, pero nunca me animaba a grabarlas porque no conocía a nadie de la industria, y porque me sentía un poco insegura.
¿Quién era tu referente?
Las ideas eran mías, de los cuentos que yo contaba, no me inspiraba en nadie. Pero mi modelo a seguir, musicalmente, fue Shakira, prácticamente aprendí tocar guitarra con ella, Sus canciones eran similares a las que yo componía en ese tiempo, que son las canciones que hasta ahora hago, que son con ese tipo de acordes circulares que ella utiliza mucho en sus temas iniciales.
Te mudas a Estados Unidos y allí reafirmas lo que venías haciendo aquí.
Me costó mucho dejar lo que tenía en Perú y cuando quise en primer lugar, desarrollar la actuación, decidí darle la espalda y no me arrepiento en lo absoluto. Aprendí que no era necesariamente para mí, me encasillaban en papeles que yo no quería, no quería ser siempre la mucama, o siempre ser la empleada que me hagan hablar inglés con un acento más pronunciado. Era difícil encontrar autenticidad cuando te encasillan en papeles. En el teatro y la industria cinematográfica y televisiva es muy difícil destacar siendo latina.
¿Y te volcaste a la música?
Me di cuenta que a la gente le agradaba mi música, a los niños también y que ese trabajo podía hacerlo yo sola. Además, se me daba la oportunidad de dejar todas esas compañías para las que estaba trabajando.
¿Los niños son más exigentes que los adultos respecto a la música?
Antes, generalmente la música para niños era de una sola manera y así fue por muchos años, pero en estos últimos tiempos ha cambiado muchísimo. Nos hemos dado cuenta que a los niños les gusta todo tipo de música y hay que darles variedad, sino se aburren.
Cuando presentas tu álbum “Aventuras” a la consideración de la Academia, ¿pensaste, con este disco algo va a pasar?
Yo me ilusioné mucho con Pachamama, mi anterior álbum, porque es un tributo a mis ancestros, es un disco de mucha calidad, con muchos buenos ritmos. Con, “Aventuras”, realmente dije, bueno lo mando, si pasa, pasa y si no, voy a seguir haciendo música, nada va a cambiar. Creo que cuando tomas las cosas de esa forma, sí pasan.
Definitivamente siempre se generan expectativas respecto a la noche de premiación. Sé que suena a cliché decir que ya es lo máximo estar nominada, pero, si es que se da la oportunidad de ganar, sería un extra impresionante. Si no sucede así, pues, hay que seguir creando, y para la próxima, siempre estará pendiente ese sueño que quiero cumplir. Para que eso suceda, hay que seguir dándole.