Por estos días, el experimentado actor Julián Legaspi da vida al implacable Fernando en el melodrama “Dos hermanas” y, con esa excusa, conversamos con él para saber cómo toma el desarrollo de este nuevo papel en la ficción. “Este tipo de personaje te exige más técnicamente, cambiar las emociones de un momento a otro, de golpe gritar y perder el control, estar con las emociones el máximo. En cambio, un personaje tranquilo o sereno no te exige tanto la parte técnica”, sostiene el actor de origen uruguayo.
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Entiendo que hay una enorme distancia entre tú y el personaje, ¿te sería difícil encontrarle similitudes?
Con otros roles, te diría que sí hay algún parecido, pero en este -sinceramente- no. Cuando me veo actuar, digo: ‘que serio estoy’, ‘que mal humor tengo’. En la vida real tengo dos hijos y soy muy “querendón” con ellos todos los días y a la hora que sea, a la hora que tengo libre los saco a pasear y juego con ellos.
Asumo que te emocionaste al saber que se retomaban las grabaciones de esta novela, ¿pensaste que este proyecto ya no iba más?
Sabía de la idea de continuarla pero pasaron unos cuantos meses, incluso empezaron otros dos proyectos, entonces en algún momento pensé que este proyecto quedaba ahí. Me daba pena porque en verdad es un esfuerzo grande el que había hecho Michelle Alexander y “Del barrio…” porque no es una novela barata en realidad, tiene algunas locaciones que son caras y muchos personajes.
Y como actor también te debe haber dado alegría porque tu gremio no la está pasando bien...?
En realidad yo no podría ponerme en plan de víctima porque siento que también muchos sectores fueron muy golpeados y recién han empezado a reactivarse. Como siempre, los actores nos hemos “recurseado”: unos han dado clases de actuación, otros han hecho obras virtuales, obras por zoom, y otros obras grabadas.
Es cierto, tu gremio ha apelado mucho a la creatividad y se ha apoyado en las posibilidades tecnológicas.
También tuve la suerte de que me llamaran para hacer una obra filmada, y no tuve que encargarme de nada tecnológico. Pero si no hubiera sido así, seguro que hubiera hecho mi obra yo mismo con mi celular o una camarita, porque definitivamente el actor tiene que trabajar y nuestro trabajo es crear.
Se dice que los artistas tienen una sensibilidad especial, ¿cómo ha sido el manejo emocional desde que empezó la pandemia?
Uno es la tristeza y sentir el dolor por toda la gente que está sufriendo por esta enfermedad, y también hay una cuota extra que sufrimos los peruanos debido al mal manejo que hemos tenido siempre, desde el día uno de la pandemia. Eso, en verdad, da cólera, frustración, tristeza, las emociones son incontables, realmente desastroso como han hecho todo.
Teníamos condiciones previas para un impacto más grave: pésimo sistema de salud y economía informal que depende del día a día, entre otras cosas...
¡Por supuesto! Llegamos a la pandemia en una condición muy mala, con pocas camas UCI, con pocos hospitales, pero entre la primera y segunda ola hubo tiempo en que el Estado debió haber conseguido oxígeno y no permitir que más peruanos estén muriendo. pero nunca al 100%.
Y a poco de elegir nuevo presidente, ¿cómo ves el escenario electoral?
Según las encuestas que estoy viendo, yo pienso que el peruano promedio no es tan sonso como muchos creen que es, porque los que yo consideraba muy caraduras para candidatear no están tan fuertes como yo pensaba.
Julián Alejandro Legaspi Oxandabarat
47 años. Actor de origen uruguayo, pero peruano de corazón, pues hizo toda su vida en este país. Se hizo conocido por su rol protagónico en la miniserie “El ángel vengador: Calígula”.
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