Laura Spoya es una mujer de retos, nunca le ha tenido miedo a transitar por nuevos caminos, y su debut en el cine es una de esas experiencias que la tiene muy motivada. “Prohibido salir”, la película que dirige Sandro Ventura, y que se estrena el próximo 14 de septiembre, es la oportunidad que ella necesitaba para seguir ampliando su faceta artística que parece no tener límites.
“Soy una persona muy hiperactiva, definitivamente. Cada vez que me dicen cómo te presento, cómo te tengo que definir, a qué te dedicas, es muy difícil para mí decir que me dedico a una sola cosa”, dice Spoya.
¿Cómo te llega la propuesta para participar en “Prohibido salir?
Yo me dedico a hacer contenidos para redes , es un poquito creación de personajes, y cuando me llama Sandro (director), me dice, tengo un rol perfecto para tì que se llama Verónica, que es la mejor amiga de la protagonista (Anahí de Cárdenas), esa amiga que da los consejos que algunas personas pueden tomar como mala influencia y algunos no. Es aquella que siempre te dirá: aviéntate, hazlo.
Es un personaje bastante parecido a ti, ¿o no?
Literal, soy yo. Creo que lo único que me diferencia con el personaje, es que Verónica tiene un lenguaje muy inclusivo, que yo no uso, no lo digo en el día a día, pero lo demás, la personalidad, definitivamente llegué a compenetrar a Verónica con Laura y se creó una VeroLaura, muy interesante.
¿Y cómo logró Sandro Ventura para que tu personaje fluyera?
No soy actriz y él me dejó ser yo misma durante el rodaje, seguí el lineamiento del guión, pero le di mi toque. Yo creo que el personaje cumplió su cometido, yo quedé muy satisfecha, ellos también, así que ya estoy ansiosa por ver el resultado final.
¿No sientes cierta inquietud cuando asumes retos que jamás has enfrentado?
Hay algo que me caracteriza y es que yo soy bien aventada, digo que sí y después ya veo la forma de solucionarlo. La adrenalina de no saber qué va a pasar, si va a salir bien o mal, me genera sensación de alegría, no sé cómo explicártelo, me da nervios, claro, pero siempre intento en lo posible dar mi cien por ciento, siempre intento darlo todo.
¿Existen algunos de esos retos que aceptaste y al final dijiste; eso nunca más?
Por ejemplo, cuando me tocó bailar en “El gran show”, eso es algo que no volvería a hacer, no volvería a bailar, podría estar en “El gran show”, pero no para bailar. Si me volvieran a invitar a un reality de baile, imposible, ya lo intenté, ya di todo de mí, el cien por ciento, y aun así me decían que estaba fatal. Ya lo intenté y sé que por ahí no va lo mío.
Muchas veces del fracaso también se aprende.
En “El gran show”, perdí porque no tengo capacidades para el baile, no tengo ese talento innato. Pero cuando estuve en ‘El gran chef famosos’, que perdí ya en la recta final, ese fracaso, por ejemplo, si me ha servido para querer participar en otra competencia de cocina y ganarla, eso sí me gusta mucho. Creo que en todos los eventos que he podido estar en general, hasta los de belleza, para mí el que más me ha gustado ha sido ‘El gran chef’.
Todos pensábamos que llegarías a la final.
Yo también, nos mirábamos con Mónica Torres, y le decía: ¿qué fue hermana, no se suponía que la final era entre tú y yo?. Lo que nos jugó en contra fue la mente, definitivamente, tanto ella como yo, teníamos esa presión de llegar a la final, confiadas de que éramos muy buenas, y que la gente nos lo decía. Nos auto saboteamos y fuimos eliminadas.
¿Y ese autosabotaje te ha ocurrido en otras ocasiones?
Siempre me pasa, que cuando me está yendo increíble, algo me pasa, mi mente se comienza a preparar para por si acaso nos vaya mal y no sea tan duro el golpe para cuando pierda. No me ilusiono demasiado para que no me duela demasiado.
Lo importante es creer en uno mismo, no hay otra.
Sí, eso es básico. Giacomo Bocchio, el chef de “El gran chef”, me lo dijo, tu cocinas increíble, tienes una sazón innata, pero necesitas confiar en ti misma, confiar en las decisiones que tome tu cabeza, no pienses tanto, no preguntes tanto y hazlo. Yo creo que aprendí de ese fracaso, me comencé a analizar desde una perspectiva distinta, que no es la primera vez que me sucede, ya son varios los momentos en los que he llegado casi a agarrar un trofeo y lo he soltado por no creer en mi capacidad. Eso no va a volver a suceder.