“Virus”, la emblemática banda argentina con más de cuatro décadas sobre el escenario, sigue vigente gracias a Marcelo Moura, quien al fallecer su hermano Federico, decidió seguir manteniendo intacto el espíritu del grupo. Desde Buenos Aires, el fundador y actual vocalista de “Virus”, habló con Correo, para reconfirmar su presencia en el “Oxígeno Live Sessions”, que se desarrollará este 29 de agosto en el Arena 1 de San Miguel. Moura recuerda los primeros pasos de la banda que nos dejó clásicos como “Imágenes Paganas”. “Siempre los comienzos son muy sacrificados y con inconvenientes, hasta que se encuentra el rumbo. En nuestro caso fue así, tal vez porque aparecimos con algo muy disruptivo y eso siempre resulta picante para la gente”, dice Moura.
Virus apelaba a las sensaciones, a la diversión, a una estética diferente; propuesta que alborotó la época.
Es el camino que hemos recorrido y nunca le hemos dado mayor importancia a ciertos calificativos. En definitiva, estábamos haciendo lo que nos gustaba, que no podía lastimar a nadie, a lo sumo, podría no gustarte, pero no estábamos haciendo ningún daño.
Finalmente, el público es el que da el respaldo a un cantante o grupo, no los comentaristas que muchas veces opinan a partir del prejuicio. Yo creo que siempre se produce ese proceso. Por ejemplo, las nuevas tendencias que la gente critica, el público es el que tiene la decisión de si las adopta o no, y eso es irrefutable. Por eso, no nos hemos detenido nunca en eso, nosotros hemos hecho lo que quisimos en el buen sentido de la palabra, lo que nos gustaba, lo que sentíamos, y eso es leal.
La década de los ochenta fue en la que el rock argentino fue la punta de lanza para la buena época del rock en español.
Y si bien empezó en Argentina, eso se extendió por todo Latinoamérica. Yo siempre digo que tuvo que ver mucho la situación política, nosotros vivimos una dictadura feroz, siempre después de períodos opresivos, de falta de libertad, le suceden períodos brillantes y generalmente empieza por el arte.
Una década irrepetible,
La década de los 80 en Argentina, fue eso, fue explotable, ustedes lo saben bien, porque Perú también lo vivió. Pero bueno, eso después se hizo incontenible, en algún punto el nombre de Virus, tenía un poco ese mensaje, como de algo que no se iba a poder detener. Comenzó en la Argentina, se trasladó a Chile, y fue subiendo hasta México, hasta España, y bueno a todos los lugares de habla hispana.
¿Federico, tu hermano, antes de partir siempre quiso que continuaras el legado de Virus?
Nosotros tuvimos un comienzo alrededor del año 79 y hasta que falleció Federico en el año 88, vivíamos arriba de un avión, arriba de una combi, de un colectivo, en hoteles, no teníamos ni vida privada ni nada. Tal vez no se debió tanto a la desaparición de Federico, el hecho de detenernos, para luego seguir adelante, sino que hay que hacer algunas postas cada tanto para poder mantenerse en la ruta.
El proceso de creación de nuevas canciones continúa, o solo apelan a tocar los éxitos.
Sí, las dos cosas, lo que pasa es que cuando vamos a tocar la gente nos pide siempre los clásicos y nosotros los tocamos con todo gusto y además los tocamos como si fuera la primera vez, para nosotros no es engorroso. La inquietud como artistas siempre sigue estando presente, ahora casualmente hicimos una presentación en un estadio muy grande acá en Argentina y estamos haciendo un disco en vivo que pronto va a salir, y bueno, también habrá por lo menos una canción nueva.
¿Y el público de Virus es solo de adultos nostálgicos?
No, es impresionante la cantidad de adolescentes y de gente muy joven que se saben todos los temas. Siempre nos dicen lo mismo: yo heredé de mis padres el amor por la música de ustedes. Y eso nos llena el corazón de dicha.