Miki González sonríe siempre, aunque algunos malhablados aseguren que la seriedad y el gesto adusto es su marca personal. En momentos difíciles como los que pasamos también apela al humor para no caer en la desesperanza y él no puede darse el lujo de dejarse caer. Hoy prepara una producción para la cantante Fátima Foronda y no disimula su entusiasmo por el lanzamiento en vinilo de su disco “Tantas veces”.
Entre presentaciones y proyectos, la vida se le presenta a Miki llena de música, pero tampoco es ajeno a lo que está pasando en el mundo, que nos recuerda que somos vulnerables. “Si te pones a pensar en la época de estas plagas europeas que diezmaron la población, la gente no podía ni sembrar porque por donde ibas habían cadaveres que te podían contagiar. Ahora viene a ser lo mismo, es parte del proceso de la preservación de la especie”, afirma.
Hace algunos años viviste una experiencia muy fuerte con tu salud. ¿Lo que pasó te hizo replantear muchas cosas en tu vida?
Mucho, mucho. Vamos a explicarlo, tuve cáncer a la garganta el tema es que cuando te dicen, ‘tienes cáncer’, inmediatamente piensas que vas a morir. Eso es lo primero que te viene a la cabeza.
Llegaste a pensar, aquí se acabó todo...
Sí, pero esa batalla la libré, la gané, sé que voy a morir en algún momento pero no sé cuándo. En estos momentos lo que tengo es un problema respiratorio, soy candidato fijo al coronavirus, tengo un pito que suena en mi respiración de toda la vida.
Mientras seguías tu tratamiento y enfrentabas la enfermedad no dejabas de seguir con tus proyectos musicales...
Me ayudó mucho la actitud, ojo que no me estoy alabando ni tirando flores, me lo dijeron. A mí me irradiaron todos los días menos sábado y domingo durante 45 sesiones, un día la radióloga me dijo, ‘señor a usted lo ayudo mucho fue su actitud. Hay gente que viene, se deprime y renuncia al tratamiento y cuando quieren regresar ya es muy tarde. Es bien importante tener una actitud correcta’, me dijo.
Definitivamente lo que pasaste no fue nada fácil.
La radiación me quemó toda la parte interna de la boca, la garganta por dentro era carne viva. Para combatir el dolor tenía que ponerme lidocaína que tiene base de alcohol y cuando tu le echas a una herida te arde. A la hora de comer me echaba el spray y y me sentaba a comer rapidito, al poco tiempo se borraba el efecto de la anestesia.
Pero con todo lo que sufrías seguías con las presentaciones...
Mi última radioterapia fue el 18 de junio de 2016 y acepté un contrato para un evento en Pucallpa para el 24, por la fiesta de San Juan. Me llevé unos pomos de lidocaína y les dije a los de la banda que canten gran parte de las canciones, yo no podía. Y cada vez que me dirigía al público los vacilaba y de paso disimulaba. ‘Amigos estoy entrenando a estos calichines’, decía a la gente. Esa era mi actitud.
Como sucede siempre, hay gente impertinente que no sabía lo que estabas pasando y te decía de todo.
Así es, como un tipo que me dijo: ‘¿oye qué te pasa, estás enfermo o te estás drogando?’, o alguien que no quería trabajar conmigo porque dice que estaba muy flaco y no se me veía bien. Yo pensaba; lo importante para mí es que estoy vivo luego de todo lo que he pasado, estoy lindo y feliz.
Cifras
1985 lanza su primer disco como solista “Puedes ser tú”.
14 de abril nace el destacado músico, compositor y productor.
1961 deja España y llega al Perú , nación que lo adopta.
Perfil
Miki González. Músico e intérprete. Nacido en Madrid, España, llegó al Perú a los nueve años de edad.Estudió musica en el prestigioso Berklee College of Music de Boston. Hace dos años celebró los 25 de “Akundún”, uno de sus éxitos más sonados.