Sandro Monzante ha vuelto a la pantalla chica, con el papel de uno de los hermanos Angulo en “Los otros libertadores” de Latina TV, y espera que este retorno marque el inicio de una etapa suya con más frecuencia en las ficciones nacionales. “En enero fueron días de volver a empaparse de lo que tanto nos gusta a nosotros los artistas que, lamentablemente, no podemos vivir de este rubro acá en Perú”.
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Es una serie con un estándar muy alto en calidad audiovisual. De hecho me genera mucho entusiasmo porque nos trae nuevamente unos esbozos de lo que algunos años atrás fue la producción nacional. Hay otro “feeling” con respecto a las miniseries y las series que se empezaron a dar a partir del año 2005 en adelante.
¿Alejado de la tele pero no del arte en general?
Los últimos 15 años me he dedicado al deporte, es mi otro trabajo, pero no me ha quitado las ganas de hacer cosas en paralelo, también vengo trabajando muchísimos años en la música con mi banda show. Pero está claro que para nosotros, los actores que no hemos tenido la suerte que muy pocos tienen, de tener la continuidad y frecuencia aquí en Perú, tenemos que buscar alternativas que nos apasionen y, para mí, una de esas ha sido siempre el deporte.
El oficio alimenticio que llaman…
He estudiado, me he preparado y he tenido un negocio. Eso no quita que cuando te llaman (para actuar) te mueven el piso de nuevo y siempre te llenan de esa ilusión de querer volver a encontrar la frecuencia en este trabajo. Está claro que es difícil y además por lo que está sucediendo ahora (la pandemia) es mucho más .
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Sin la pandemia ya era complicado, pero en un contexto como este.
Desde que inicié mi carrera, cuando era adolescente, siempre tuve la ilusión de hacer de esto, la carrera que sostenga mi vida. En el escenario actual veo que son muy pocas las personas que trabajan (ficción) y lo hacen con grupos muy reducidos, y no salen de ellos. Hay también todo un tema de necesidad, no solamente en la ficción sino también en los realitys.
¿A qué te refieres con los animadores?
Los animadores se vuelven cada vez más narradores de productos, y se están perdiendo los contenidos que realmente se tienen que dar. Haciendo ficción se puede comunicar y educar con la historia que quieres contar, siendo un animador de televisión se puede entretener sanamente, pero el mercado cambia, la velocidad de la televisión cambia y cada vez vemos más animadores animando y entreteniendo menos y contando cosas que no tendrían que ser parte de nuestro día a día o cumpliendo con un auspiciador dentro de un programa.
De algún lugar tiene que salir el presupuesto.
Es cierto. Hay que aceptarlo, sino cómo se sostiene la televisión, pero creo que la industria se dejó ganar con el tiempo por la tendencia o la nueva manera de hacer televisión y se pudo haber cuidado un poquito más los contenidos, que es lo que por vocación y oficio hemos hecho durante tantos años.
Algunos se sentirán menos cómodos y otros, tal vez, no…
Yo no me sentí muy cómodo con cómo se fueron cerrando los espacios y tuve que abrirme espacios en otra vocación mía. Finalmente, somos seres humanos con familia y con necesidades y tenemos que encontrar cómo cubrirlas. A mí me encantaría poder retomar pero sería difícil porque ya tengo mucho hecho en otro oficio. Con algunos amigos actores decimos: ‘oye entre nosotros tenemos que crear nuestro contenido porque ya es la nueva manera de ponerse en vitrina’.
Claro, el auge de las redes.
Aunque no hay ningún tipo de control, no hay que ser estrictos para hacer eso, cualquiera puede salir a decir cualquier cosa, puede ser influencer de lo que quiera sin necesidad de prepararse en algo. También me parece que se volvió muy ligero todo, o muy por encima. Creo que debería haber un parámetro de profesionalización.