Tania LIbertad, desde su casa en Ciudad de México, no solo nos adelanta el repertorio que cantará a dúo con Eva Ayllón los días 4 y 5 de mayo en el Gran Teatro Nacional, revela también que tiene pendiente como productora, hacerle un álbum completo a la “reina del landó”. “Estoy trabajando en ese proyecto, estoy viendo el repertorio para ella y por donde la quiero llevar. Es muy generosa, ha puesto en mis manos esa decisión de que le produzca un disco y que le escoja los temas y haga los arreglos. Estas anunciadas presentaciones en el Gran Teatro Nacional van a cerrar el ciclo de recitales en vivo entre ambas, ella tiene muchos compromisos contraídos y yo también, y quiero dedicar más tiempo a los proyectos de grabación con Eva. Uno será ella sola y otro de dúos”, dice Tania.
Es gratificante cuando los artistas comparten sus talentos.. . Totalmente. Cuando uno es más joven, eres como muy rebeldona y te dejas llevar por sentimientos y por cosas que no deberían de suceder en el ser humano, pero el joven está para eso, para darse golpes y aprender. A estas alturas de la vida, uno ya relajadita, puede ver desde la otra orilla la carrera de los demás, admirarlas, y acercarse también a ese tipo de experiencia como compartir escenarios, que es lo que me está pasando a mí con Eva.
¿Qué debe tener una canción para que decidas grabarla? Para mí, primero emocionarme, yo confío demasiado en mis emociones, en mis sensaciones. Una canción me impacta desde el primer momento, no me importa por quién esté cantada, yo inmediatamente, si me conmueve, ya la estoy oyendo en mi voz, ya estoy pensando en qué estilo hacerla. Desde hace tiempo, por ejemplo, encontré la manera de fusionar México con el Perú, entonces agarro las canciones mexicanas y las canto en ritmos peruanos, y agarran una onda muy bonita.
Alejándonos del vals y lo afroperuano ¿ese disco de boleros que lanzaste en México a mediados de los años 80, fue antes del boom Luis Miguel? Pues claro, el primero salió en 1985 y vendió un millón de copias, sólo en México, aparte fue disco de oro y de platino en Argentina y en Colombia.
¿Y te sorprendió el éxito de un álbum de boleros grabado por una peruana y lanzado en México? Pero por supuesto, no solamente eso, digamos que yo lo hice con Chamín Correa, que ya no está con nosotros, y fue muy bonito, fue como trío pero fue con cuerdas. Yo ya era conocida por un cierto público que seguía mi onda de nueva trova, música latinoamericana, de música negra peruana, pero con el bolero me volví una cantante para las masas. Salí de los espacios pequeños donde yo cantaba y acabé en auditorios, haciendo 7, 8 días en auditorios de 10 mil personas por temporada, entonces sorprendió enormemente.
Y no contenta con el bolero, te arriesgaste a grabar música mexicana. Luego de los dos álbumes de boleros, me encapriché en 1989 y grabé un homenaje a José Alfredo Jiménez, el hijo del compositor fue mi productor y fusionamos la orquesta sinfónica con un mariachi. Grabé los clásicos de José Alfredo y la disquera, la CBS, no daba ni un peso por ese disco, y terminamos vendiendo también un millón de copias en un mes.
Nunca le has tenido miedo a innovar, a arriesgar, a grabar diversos géneros. Claro que no. Yo no le tengo miedo a nada, ni al reguetón.
Hay quienes satanizan ese ritmo y los que están de moda... Yo creo que en la vida y en este camino hay espacio para todo el mundo. Yo sigo haciendo mi carrera, estoy orgullosa de todo lo que he hecho, de todas mis travesuras musicales, todas las defiendo con el mismo amor, y sigo innovando.
¿No te atreves a ingresar a la música andina peruana? Me voy a atrever, todavía me quedan varias tareas antes de retirarme, una de ellas sí, es la música andina. Llegué a cantar algo en Machu Picchu, en el 2011, con motivo de los 100 años del descubrimiento científico. Ya sabes que quieta nunca voy a estar.
Además, todas tus locuras musicales ahora las haces en el estudio de tu casa. Todo, y hago los arreglos también, desde hace más de 20 añoss. Como artista independiente aquí en mi casa yo produzco, mi hijo me ayuda con la ingeniería, él estudió para eso. Aquí soy muy feliz.