Con más de seis años deleitando a los amantes de la buena carne y las parrillas, el restaurante Baco y Vaca va más allá e incluye en su carta diversos sabores y texturas, así como nuevas técnicas de cocción. Es así que el comensal podrá degustar preparaciones en caja china, en cilindro e incluso en el kamado, horno japonés para cocinar a baja temperatura y al aire libre. Este artefacto está fabricado con cerámicas resistentes y permite realizar todo tipo de cocciones de carnes por largos periodos, logrando que la carne se deshaga y quede en un punto suave y jugoso.
Para todos los gustos. La carta es completa. Dentro de las novedades que Baco y Vaca nos trae está la degustación de dos tipos de burgers. La primera está elaborada con carne Angus Pride, es servida con pan artesanal, lechuga, tomate, cebolla, pepinillos y la acompañan papas fritas nativas. La segunda está hecha con carne de cordero, cebolla caramelizada, tomate confitado, y chimichurri de menta y arúgula. Simplemente deliciosa.
Hay un cuy servido con papas nativas y capchi. Crocante y delicado, está confitado en dos tiempos en aceites aromatizados para poder lograr un sabor único.
El pallar angus con tallarines verdes es contundente. Y el T-Bone a lo pobre está servido con plátano bellaco frito, huevos de corral, arroz con choclo y papas fritas amarillas.
Dentro de las parrillas, recomendamos la de chorizos, elaborados en casa artesanalmente; hay una de carne y champiñones al champagne, otra a las finas hierbas y finalmente la de carne Angus.
El kamado. Entre los platos que ofrecen, encontramos una crocante pizza de masa delgada con salsa pomodoro de la casa, queso andino, láminas de asado de tira a la parrilla, chorizo, cebollas en aro salteadas, huevos de codorniz y frescas hojas de arúgula. Además, una alcachofa gratinada con salsa de albahaca, panceta ahumada y champiñones.
No deje de probar la provoleta characata, con dúo de quesos arequipeños derretidos a la parrilla, trozos de chorizo parrillero y tostaditas al natural.
Dentro de las carnes, encontramos el pollo bebé, servido con ensalada fresca de la casa y papas nativas tumbay, y la pachamanca que se sirve los viernes y los domingos o a pedido (con 24 horas de anticipación). También podrá encontrar asado de tira, cordero, pollito bebé y panceta de cerdo, todo aderezado con hierbas andinas y servidos con papas nativas, oca, mashua, camote, choclo y habas. La salsa, un delicioso capchi de la casa.
No puede irse sin probar el chanchito ocho horas. Hecho en cocción lenta, con piel crujiente y carne ahumada con toques orientales, y se sirve con hojas de lechuga, pickles y una salsa elaborada con los propios jugos del cerdo. Sin duda, el plato estrella de la tarde.
Dulces. La propuesta de postres posee la cuota perfecta de dulce para acabar bien la experiencia. Si quiere probar un poco de todo, el carrusel incluye crema volteada, torta de chocolate (elaborada con pisco quebranta y frutos rojos) y abundante fudge. También es digno de destacar el crocante de plátano y cheesecake de uva borgoña. Si pide la torta de chocolate sola, viene con un helado de sal de maras. Una explosión de sabores.