La calle Manuel Bonilla, en Miraflores, se ha vuelto un lugar de ambiente donde restaurantes y bares han abierto sus puertas y comensales de todas las edades van en busca de diversión. Desde hace unos meses, Claudio Escobedo y Hellen Aparicio apostaron por un pequeño pero simpático local al inicio del lugar, donde reabren el famoso Bank Exchange, bar creador del Pisco Punch, manteniendo su esencia pisquera que tan famoso lo hizo a finales del siglo XIX en la calle Montgomery, en San Francisco, California.
HISTORIA
Recrear el que fuera uno de los bares más importantes de aquella época, con la misma carta que tenía el lugar cuando cerró sus puertas en 1910 debido a la prohibición, es volver en el tiempo.Esta bebida fría que lleva piña como base de su sabor, y cuyo licor es el agua ardiente, fue la favorita de la élite que frecuentaba el bar. Su creador, Duncan Nicol, bartender investigador, quien compró el bar y fue el único dueño hasta 1919, contrató a un bartender sordomudo para proteger la receta del pisco punch, bebida que preparaba en el sótano del local.
INNOVACIÓN
Hoy por hoy, el Bank Exchange abre sus puertas nuevamente en nuestra capital, y Rodrigo Soto, bartender peruano, reconocido por ser fiel a las recetas de cocteles de la vieja escuela, diseñó su carta luego de una extensa investigación.Tomando como referencia los libros de Guillermo Toro-Lira, historiador peruano que investigaba el pisco punch, logró armar una carta corta pero contundente, que comienza con Cocteles Clásicos (1853-1920) donde se puede disfrutar de un gimlet, London Dry Gin, Lime Rose’s Cordial y limón Tahití, el New York Sour, hecho de bourbon, limón Tahití, sirope, albumina, vino tinto y amargo de angostura o el Aviation hecho con London Dry Gin, licor de violetas, Luxardo Marrasquino y limón Tahití. En estas bebidas, se bebe mucha historia, muy bien interpretada por los bartenders Kenia Betancourt, Anthony Valdivia y Angel Casapia, quienes han sabido interpretar a la perfección el diseño de las bebidas hecho por de Soto.