Su historia ha logrado que sea reconocida en el país. (Foto: Difusión)
Su historia ha logrado que sea reconocida en el país. (Foto: Difusión)

Hace 15 años, la vida de Claudia Vita Landa cambió drásticamente, cuando trabajaba con su esposo en la industria de la pirotecnia, pero una trágica explosión acabó con su vida, dejándola viuda con seis hijos pequeños. A partir de ese momento, tuvo que enfrentarse a la vida sin apoyo externo, con el reto de sacar adelante a su familia. Aunque su conocimiento en cocina era limitado, la necesidad la llevó a buscar trabajo, y así comenzó como ayudante en un restaurante local.

Durante tres años y medio, Claudia perfeccionó sus habilidades culinarias en ese restaurante, y tanto sus hijos como los dueños del lugar la animaron a emprender su propio negocio. Con esa motivación, decidió abrir su propio restaurante de comida criolla en Arequipa, al cual llamó inicialmente “Santa Úrsula” en honor a una virgen de su tierra natal, la provincia de Castilla. Sin embargo, hace dos años, cambió el nombre a “Viraco Taurino”, en homenaje a su pueblo de origen, y a sugerencia de sus hijos.

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Los primeros años del negocio fueron duros. Con sus hijos aún pequeños, Claudia enfrentaba dificultades para mantener el restaurante, pagar los servicios básicos y comprar los insumos necesarios. Hubo días en los que solo vendía entre 15 y 30 platos, lo que apenas alcanzaba para cubrir los gastos. No obstante, gracias al esfuerzo conjunto de su familia, hoy el restaurante llega a vender hasta 80 menús diarios.

El apoyo de sus hijos fue fundamental. Claudia confiesa que en varios momentos pensó en rendirse, pero sus hijos la animaban a seguir adelante. Todos ellos han sido parte del negocio familiar: sus dos hijas ayudan en la cocina, su hijo lava los platos, y otro se encarga de atender a los comensales. Los dos mayores se han ido de Arequipa, pero Claudia asegura que sin la ayuda de su familia no habría logrado superar los momentos más difíciles.

La rutina diaria de Claudia empieza muy temprano. A las 6 de la mañana ya está en el mercado de Andrés Avelino Cáceres comprando los ingredientes frescos para el día. A las 8 ya está cocinando, y a las 11:30 empieza a recibir a sus primeros clientes. Aunque trabajan de lunes a domingo, cada tres semanas se toman un descanso para disfrutar de un tiempo en familia, algo que consideran fundamental.

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Trabajamos de lunes a domingo, porque a veces los clientes nos buscan y nos dicen: ‘¿Hay comida? ¿Qué menú hay para hoy? ¿Va a cocinar?’ Entonces, no podemos dejarlos sin comer. Lo bueno es que tenemos clientes fieles que siempre están ahí”, dijo.

La pandemia de COVID-19 trajo consigo nuevos desafíos, pero Claudia y sus hijos supieron adaptarse. Al principio, operaban a puertas cerradas, atendiendo a los vecinos que tocaban la puerta en busca de comida. Luego, con la autorización para realizar entregas a domicilio, sus hijos se encargaron de hacer el reparto de los menús, lo que les permitió mantener el negocio a flote en tiempos difíciles.

El esfuerzo y la dedicación de Claudia no han pasado desapercibidos. En agosto, fue seleccionada para ser parte de una campaña de emprendimiento de Alicorp, lo que le permitió salir en televisión y mostrar su historia de superación. Este logro no solo la llenó de orgullo, sino que también motivó a sus hijas, quienes se emocionaron al ver el reconocimiento público de su madre.

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Claudia no se detiene y sueña con expandir su negocio. Está considerando abrir nuevas sucursales y dejar el legado a sus hijos, quienes podrían seguir sus pasos si deciden dedicarse a la cocina.

Para ella, el futuro es prometedor y su mensaje de esperanza y fortaleza, anima a todas las madres que, como ella, enfrentan situaciones adversas: “No se rindan, pueden cumplir sus sueños. El comienzo puede ser humilde y difícil, pero con trabajo duro, el futuro será próspero”, dijo.

“Viraco Taurino” no solo es un restaurante exitoso, sino el reflejo de una lucha incansable por salir adelante. Claudia agradece cada día a sus hijos y a las personas que la motivaron a seguir adelante, y no pierde la esperanza de que lo mejor está por venir.


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