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Ubicado en la esquina de la av. Álvarez Calderón con Roosevelt, en pleno corazón sanisidrino, se encuentra Franklin, el restaurante del Hotel Roosevelt que fue inspirado en el 32 presidente de los , Franklin Delano Roosevelt.

Con una decoración americana clásica de aquellos años -muy bien lograda por el arquitecto de interiores Arnie Rottmann- y una carta elaborada y dirigida por el chef Coque Ossio, Franklin se ha vuelto un restaurante de barrio al que la gente siempre recurre en busca de comida sabrosa con ese toque americano que está tan de moda.

Amanecer

La cocina empieza a trabajar desde las 6:30 a.m. El desayuno se sirve hasta las 10 a.m.

Tostadas francesas, waffles o unos deliciosos panqueques de arándanos con abundante miel de maple son algunas de las opciones. Los huevos van desde omelettes, benedictinos, hasta la opción a gusto del comensal, que se sirve con hash brown, y elección de jamón, salchichas o tocino. Seguimos con la carta que comienza con snacks y platos para compartir.

También probamos las suaves y cremosas croquetas de chorizo y cheddar; y las Franklin Sliders, tres hamburguesas angus de 50 g servidas en brioche casero, con cebollas crocantes, salsa picante y queso cheddar.

Aperitivos

Encontramos desde un clásico ceviche -recuerde que finalmente este es el restaurante de un hotel y las opciones deben incluir un poco de todo- hasta un gravalax de salmón, marinado en la casa y servido con latkes de papa crocante, palta, sour cream, cebollas encurtidas, alcaparras y mostaza dulce.

El carpaccio es de lomo con alioli de albahaca y la burrata se sirve con higos, pesto de tomates y arugula.

Dentro de los platos de fondo, recomendamos el Steak Tartare, muy bien elaborado, en el que 180 g de lomo molido se preparan en mesa y a gusto del cliente. Viene con crujientes papas fritas y tostadas de la casa.

El asado de tira está cocido a baja temperatura y se sirve con romesco de ají amarillo y papas y zanahorias horneadas. No puede dejar de probar los Eleanor’s Mac & Cheese y el rissoni de hongos.

Mención especial a los sanguches. El NY Deli Pastrami, con pastrami hecho en casa, pan de centeno con queso suizo, pickles y sauerkraut nos encantó, así como el French Dip, hecho de roast beef con queso suizo, crema de cebollas caramelizadas y jugos de cocción para remojar en cada bocado.

Gustitos

Los postres son perfectos para los más golosos de la casa. Pruebe la bola de chocolate o el key lime cheesecake cubierto de merengue.

La carta de cócteles está inspirada en los clásicos de toda la vida; recomendamos el Old Fashioned. Sin duda, una buena y reconfortante propuesta de un espacio que ha sabido ganarse a los comensales desde que abrió sus puertas. 

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