Restaurante Pueblo Viejo: el gran sabor de la cocina chiclayana (FOTOS)

Lo que comenzó como un negocio de catering años atrás, en su natal Chiclayo, creció hasta volverse un restaurante, donde la buena mano de doña Cecilia se hizo famosa. La reputación de su inigualable sazón fue creciendo, la gente se fue pasando la voz, hasta convertirse en lo que es hoy.

Al crecer sus hijos, Cecilia y Kike decidieron venderlo todo e instalarse en la capital para emprender un nuevo comienzo. Es así como hace poco más de un año nace Pueblo Viejo Lima, nombre que la pareja decide mantener porque fue el lugar que les dio la fama en su norte querido y que hoy, poco a poco y con mucho esfuerzo, empieza a hacerse conocido en la capital.

La Carta

Iniciamos la degustación con unas crujientes tortitas de choclo. Ojo, tortitas, no torrejas. Pueden pedirlas en porción, pero también acompañando al chinguirito de la casa como corresponde. Perfectas para mojar en el jugo de limón y seguir comiendo.

El chinguirito, para quienes no lo han probado, es un cebiche preparado con finas hebras de guitarra seca. Se sirve con limón y el secreto de la casa.

La papa a la huancaína al estilo chiclayano se hace con papa prensada, ají y limón, como si fuera una causa, y se decora con salsa encima. La tortilla de raya viene acompañada de yuca dorada, las caiguas rellenas de bonito o un sabroso tollito a la panca.

En cuanto a los fondos, no deje de probar el arroz con pato, graneado y lleno de sabor. Pida el plato de concolón a un lado para disfrutar al máximo de todo el sabor.

El cabrito a la chiclayana se deshace con solo mirarlo. Perfectamente acompañado de frejoles y arroz blanco graneado.

El sudado de palabritas es perfecto para los días de frío que aún se sienten en la ciudad. Las costillas de cordero son suaves y están cocinadas con finas hierbas, simplemente deliciosas; igual que el arroz alverjado.

Si busca opciones más tradicionales, el chupe norteño y el tacu tacu de mariscos con toque ahumado son una delicia.

Pueblo Viejo es un lugar que vale la pena visitar. Su cocina no solo está llena de sabor, sino de buenos insumos y mucho corazón. La buena atención hace que te sientas en casa. 

Pueblo Viejo