Una joven estadounidense de 18 años se enteró que estaba embarazada tan solo dos horas antes de dar a luz a su pequeña hija. El caso ha dado la vuelta al mundo, ya que en ningún momento tuvo síntomas y las pruebas que se realizó salieron negativas.
Bri Blanton, de Carolina del Sur (EE.UU.), se despertó en la mañana del 8 de septiembre de 2022 al descubrir que había mojado su cama y llamó inmediatamente a su madre, Jennifer Blackwell, después que empezara a sentir un fuerte dolor abdominal, señala el Daily Mail.
“Me desperté temprano y pensé que me había mojado. Me doblé de dolor”, señaló la joven a la prensa. “Me estaba volviendo loca”, agregó.
Su madre la condujo inmediatamente al Centro Médico Spartanburg, en Carolina del Sur, y su hija le explicó sus síntomas a una enfermera. “La enfermera preguntó si podía revisar el cuello uterino de Bri”, indicó Jennifer.
“Entonces la enfermera me miró con los ojos muy abiertos y dijo: ‘Está dilatada y en trabajo de parto’”, remarcó la joven, quien agregó sorprendida que “cuando me dijeron que estaba embarazada y dando a luz, estaba en completo shock”.
A esta adolescente, que pensó que se había orinado en la cama, le dijeron que, de hecho, había roto su fuente, que estaba embarazada y en trabajo de parto.
Bri dio a luz a la pequeña Oakleigh dos horas después de enterarse que estaba embarazada. “Me tomó unas buenas cuatro horas después de que ella nació para calmarme”, detalló esta joven madre.
“Les dije a mis amigos que había tenido un bebé y me dijeron ‘pero no estabas embarazada la semana pasada’”.
No tuvo síntomas ni rastros físicos de embarazo
Bri había estado en bikini cuando supuestamente tenía ocho meses de embarazo y nunca se notó un crecimiento en su vientre; incluso dio negativo en la prueba de embarazo.
“Para nosotros fue como si ella se fuera a la cama y se despertara embarazada al día siguiente”, cuenta Jennifer, quien trabaja como gerente de sucursal de una agencia de hogares de ancianos.
“Compramos su vestido de graduación cuatro meses antes y le quedaba como un guante”, agregó.
La nueva madre y su hija permanecieron en el hospital por 48 horas para asegurarse que todo estaba bien antes de volver a casa.
“Para mí fue un momento de círculo completo ya que tuve a Bri cuando tenía 17 años”, dijo Jennifer.
Ahora Oakleigh tiene cuatro meses y Jennifer está orgullosa de la madre en la que se ha convertido su hija. “Ella es sin duda la mejor mamá”, dijo.