Desde los niños jugando en casa hasta salpicaduras y las temidas manchas de humedad o moho pueden ensuciar las paredes blancas del hogar. Pero, no te preocupes. Hay algunos trucos caseros para limpiarlas que podemos aplicar de acuerdo al tipo de mancha que tengamos.
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En la mayoría de veces, se convertirá en la solución para disfrutar de una paredes como nuevas. El método de limpieza dependerá de si la pared está pintada con una pintura a base de látex o aceite:
- Pintura de látex se limpia con agua y un limpiador.
- Pintura de aceite se limpia con vinagre y un desengrasante nuevo.
- Pintura de temple se limpia pasando un trapo para retirar el polvo.
Cómo preparar las paredes
Antes de limpiar las paredes blancas, hay que preparar la superficie retirando el polvo de la pared. Este se puede retirar con una escoba recubierta con una toalla. Hay que revisar que no haya ningún desperfecto. De ser así, se puede cubrir con un poco de masilla o darle un poco de pintura por encima.
Para trabajar de manera cómoda, es recomendable retirar todos los muebles que se encuentren cerca de las paredes blancas. De esta forma, evitamos el riesgo de mancharlos y limpiaremos las superficies más fácilmente. A su vez, hay que cubrir con plástico o papel periódico el suelo para no mancharlo.
Paredes con pintura de látex
Para limpiar las paredes blancas con pintura de látex se debe usar agua tibia y un limpiador suave multiusos. Solo hay que mezclar un poco del limpiador en agua tibia y sumergir una esponja. Después se pasa la esponja por las paredes limpiando toda la suciedad y manchas que pudieran tener.
Una vez que las paredes estén limpias, reemplazamos el agua con limpiador por agua limpia. Cogemos una nueva esponja y la pasamos por las paredes para enjuagarlas. Hay que tener cuidado con pasar la esponja cerca de los enchufes. La solución es cortar la electricidad de la casa para evitar riesgos.
Paredes con pintura de aceite
Las paredes con pintura de aceite se limpian con una mezcla de vinagre y detergente. Se debe tomar un cubo con un litro de agua tibia y verter en él una cucharadita de lavavajilla. Luego le añadimos un poco de vinagre y sumergimos la esponja para pasarla con suavidad por las paredes blancas.
Una vez que hemos limpiado las paredes, volvemos a reemplazar el agua del cubo con agua limpia. Sumergimos la esponja y enjuagamos las paredes. Lo mejor es continuar enjuagando hasta que el agua salga clara. Si nos encontramos con manchas difíciles podemos utilizar un desengrasante.