Con una carrera artística de más de tres décadas, diversos galardones, varios Guinness World Records y una estrella en el paseo de la fama de Hollywood, Shakira es, sin lugar a duda, una las artistas más exitosas de todos los tiempos, llegando a ser considerada un ícono mundial de la música latina.
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Si bien, su pasión por el canto inició cuando era muy pequeña, todos imaginarían que era una de las niñas que destacaban por su voz, algo que quiso comprobar cuando estaba en la escuela, pero no fue así, ya que a su profesor de música no le gustaba su vibrato, hecho que le impidió ingresar al coro.
Aunque no tuvo un buen inicio dentro de la música, ella no se dio por vencida y persiguió sus sueños; y en el afán de demostrar su talento, comenzó a escribir poemas, que más adelante se convertirían en canciones. Entre las poesías que redactó siendo menor de edad destaca una que estuvo dirigida a Dios.
¿CUÁL ES EL POEMA QUE SHAKIRA LE ESCRIBIÓ A DIOS?
Según un minidocumental de Terra TV, que muestra los inicios de Shakira, se detalla que la cantautora estudió primaria y secundaria en el Colegio Compañía de María “La Enseñanza”, donde le inculcaron gran cantidad de valores.
En el video se ve a una religiosa identificada como la Madre Olga, quien aparentemente le habría dado clases a la barranquillera. Ella contó que cuando la artista tenía 11 años le escribió un poema a Dios, el cual puso por título “Su nombre es amor”. A continuación, todo lo que plasmó la también embajadora de buena voluntad de UNICEF.
“Su nombre es amor”
Es tan bella su sonrisa
que te endulza el corazón,
te arrebata la pena
y te brinda ilusión.
Retira tu vieja copa
y la cambia por una nueva,
llena de paz y de amor,
y nadie sabe quién es…
ni su nombre,
ni su ley,
ni su voz…
Su nombre es JESÚS,
que te ilumina el alma
y te invita a la calma,
con amor.
Es el gorrión que da la vida
por su bandada la razón,
que al final de tu vida,
te invita a su fiesta y la llena con su voz…
Su nombre es Dios,
es el PADRE que ama,
que comprende,
que llena el corazón,
que al poeta ardiente
y al bohemio en su ambiente
le da la luna y sol.
Nos da la naturaleza y todo lo increíble
por amor.
Su nombre es ESPÍRITU.
Domina tu vida y te da la alegría
de existir
y se posa en tu cuerpo y te obsesiona
a momentos por llegar a su Reino,
sin siquiera vivir.
Su nombre es AMOR.
A SU PROFESOR NO LE GUSTABA CÓMO CANTABA SHAKIRA
Shakira reveló en una entrevista al programa 60 Minutes que desde niña le gustaba cantar, por lo que intentó ingresar al coro de su colegio religioso, pero hubo un problema: a su profesor no le gustaba su voz y menos su vibrato, motivo por el cual fue rechazada.
“Nunca entré al coro, quería, pero fui rechazada por mi profesor de música, quien no quería que ingrese porque no le gustaba mi manera de cantar, él creía que era ‘demasiado’ y mucha gente piensa aún que es un poco demasiado. Él pensaba que mi vibrato era demasiado fuerte y que rompería la armonía y la unidad del coro”, señaló.
No solo ello, ya que sus amigos en la escuela también criticaban su voz. “Mis compañeros de clase me decían que sonaba como una cabra porque mi vibrato y es un vibrato muy rápido. Pero ahora es una de mis señas de identidad como cantante”, dijo.
¿QUÉ HIZO ANTE LAS CRÍTICAS SIENDO TAN PEQUEÑA?
Debido a todo lo que le dijeron, ella se sintió muy afectada y al llegar a su casa conversó con sus padres. “Estaba muy decepcionada y muy triste porque mis compañeros de clase y mis amigas pensaban que yo no era una buena cantante. No les gustaba mi voz y se lo comenté a mi papá y mi mamá”, contó.
Ni bien habló con sus progenitores, ellos tuvieron una respuesta que hasta ahora tiene muy presente: “Recuerdo que mi padre me dijo: ‘Shakira, no dejes que nadie diga que tu vibrato no tiene ningún valor. Es la cosa más importante de un cantante. Una cantante necesita tener un vibrato, si no lo tiene, su voz no es buena. No tiene calidad si no tiene vibrato’. Hubiera sido muy fácil para mí darme por vencida y dejar que la crítica me afectara, pero esta crítica hizo el efecto contrario y me dio la energía para que yo demostrara que valía la pena que me escucharan”.