“Las niñas”, ópera prima de la directora Pilar Palomero, ha ganado este sábado el Goya a la mejor película del año al imponerse a “Adú”, “La boda de Rosa”, “Sentimental” y “Ane”.
El premio lo ha entregado Ana María Ruiz López, la enfermera que ideó la biblioteca del hospital de campaña de Ifema (Madrid), cuando se desató la pandemia.
”Qué bonito recibir un premio de una persona como tú”, ha dicho Valerie Delpierre, productora de la película, quien ha agradecido a la Academia de Cine junto con el también productor Alex Lafuente, que se haya hecho esta ceremonia entre presencial y telemática, así como a todos los que han hecho posible esta película que le ha permitido ser “mejor persona”.
Además del premio a Mejor Película, “Las niñas”, ha obtenido el galardón a Mejor Dirección Nove, Mejor Fotografía y Mejor Guion Original.
Protagonizada por Andrea Fandos y Natalia de Molina, “Las niñas” se cuenta en el contexto de la España de 1992, donde se viven los fastos y la modernidad de la Expo y las Olimpiadas, mientras la vida real continúa en un tradicional colegio de monjas de Zaragoza.
Producida por Las Niñas Majicas, A.I.E., Inicia Films y Bteam Producciones, escrita y dirigida por Palomero (Zaragoza, 1980), habla de la adolescencia, del viaje a la madurez, de los prejuicios, de la modernidad y de las tradiciones, del amor filial y de la amistad, en un entorno provinciano que refleja una historia universal.
La película sigue a Celia (Fandos), una niña de 11 años que estudia en un colegio de monjas en Zaragoza y vive con su madre (Natalia de Molina), una joven soltera que salió de su pueblo embarazada y no ha vuelto a ver a su familia. Brisa (Zoe Arnao), una nueva compañera recién llegada de Barcelona, empuja a la infantil Celia hacia una nueva etapa en su vida: la adolescencia.
Se trata del primer largometraje de la creadora aragonesa, cortometrajista y autora de un documental sobre la pérdida, “Horta” (2017), que Palomero escribió con fragmentos de su propia memoria, con las líneas básicas de lo que era la sociedad de los años noventa en España y el mundo claustrofóbico de los colegios religiosos.
Aunque en “Las niñas” la acción es aparentemente banal, puesto que la narración se centra en chiquitas muy jóvenes que van a un colegio de monjas y hacen sus deberes, juegan a pintarse los labios por primera vez o fumar a escondidas, detrás de cada pequeño gesto se esconde el mundo real en el que crecen y viven.