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Un enfermero español, identificado como Víctor Aparicio, mostró, mediante su cuenta de Twitter, el notable deterioro físico que sufrió tras luchar un poco más de un año contra la COVID-19.
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El especialista en la salud publicó una fotografía en la que luce un buen peinado y barba demarcada, ambos color negro, y otra imagen en la que aparece invadido de canas en gran parte de su rostro y cabeza.
“Soy enfermera de UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Un año separan estas dos imágenes. Creo es evidente el cambio exterior. No os imagináis el interior”, escribió en la mencionada red social.
La publicación de Víctor Aparicio se volvió viral en redes sociales, generando asombro y respeto entre los usuarios que aplaudieron su enorme labor en salvar vidas de personas infectadas contra el coronavirus.
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Tras difundirse su caso, el enfermero dijo que el último año le dejaron experiencias que nunca olvidará y que el costo fue emocional y físico, tal como se observa en ambas fotografías publicadas.
“Es un año que deja huellas físicas, pero las más dolorosas son las que no se logran ver. Fue un año muy duro para todo el mundo. En el sector sanitario posiblemente lo acusamos más al principio, los que nos comimos la primera ola, esa incertidumbre y ese miedo a no saber lo que teníamos enfrente. Eso tuvo un costo emocional y físico”, citó El Clarín.
“Ya veníamos con muchas carencias, mucho déficit de personal, en Europa están manejando casi los 14 enfermeros por cada 1.000 habitantes y nosotros (en España) no llegamos al 5,8. Si hubiéramos estado en esos ratos se hubieran salvado muchas vidas”, agregó.
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