Al menos 34 migrantes murieron hoy frente a las costas de Tartus, en Siria, al hundirse el barco en el que viajaban en dirección a Chipre, mientras que otros 20 fueron rescatados, informó el Ministerio de Salud sirio.
El departamento afirmó en un comunicado reproducido por la agencia de noticias oficial siria SANA que el número de muertos en el hundimiento de un bote cerca de las costas de Tartus aumentó a 34, mientras que hay 20 personas que reciben atención médica en el hospital Al Basel de esa localidad.
Por su parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó la cifra a 36 muertos, entre ellos varios de nacionalidad siria, e indicó que alrededor de cien personas siguen desaparecidas.
Según la ONG, la embarcación partió de la localidad libanesa de Trípoli “hace varios días” y la “intención” de los inmigrantes era llegar a Europa “y obtener distintas nacionalidades”.
El director de puertos marítimos de Siria, Samer Kobsarsli, dijo previamente a Efe que en el barco viajaban a bordo migrantes ilegales que trataban de llegar a Chipre desde el Líbano, país que atraviesa la peor crisis económica de su historia.
Esto se produce el mismo día en que diputados en el Líbano han manifestado su preocupación por la desaparición de otra embarcación con inmigrantes libaneses.
El líder del partido Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, dijo al medio “Al Jadeed” que las autoridades griegas trasladaron a una parte de los migrantes a Turquía y que éstos serán llevados nuevamente al Líbano.
El pasado 23 de abril se hundió otra embarcación cargada de migrantes desesperados por dejar atrás la grave crisis económica del Líbano, y los equipos de rescate pudieron salvar con vida a unas 45 personas y recuperar al menos una decena de cadáveres.
Casi el 80 % de los libaneses viven por debajo del umbral de la pobreza, mientras que cerca del 90 % de la comunidad refugiada siria en el país sufren pobreza extrema y buena parte de ellos están afectados además por la inseguridad alimentaria, de acuerdo con datos de la ONU.
Desde 2020, cuando se agravó la crisis económica desatada en el Líbano un año antes, se ha disparado la salida de embarcaciones ilegales que tratan de llegar a Chipre con el objetivo de alcanzar posteriormente otros países europeos.
Según la ONU, aquel año partieron al menos 38 barcos con más de 1.500 pasajeros, más del 75 % de los cuales fueron interceptados por las autoridades o devueltos a tierra.
Fuente: EFE