Bill Gates es un empresario, informático y filántropo estadounidense que fundó y creó junto a Paul Allen la empresa Microsoft y el sistema operativo para computadoras Windows, respectivamente. Actualmente, tiene una fortuna de 96.5 millones de dólares que lo ubican como uno de los hombres más ricos del planeta.
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Si bien, es conocido por la innovación tecnológica que ofreció al mundo, pocos saben que este hombre abandonó la universidad para convertirse en millonario. A continuación, te contamos cómo hizo para alcanzar sus sueños y llegar a ser uno de los hombres más exitosos.
DE JOVEN NO SABÍA QUÉ QUERÍA
Cuando Bill Gates tenía 19 años no tenía claro lo que deseaba en la vida. Aunque había ingresado a la Universidad de Harvard a una carrera de Derecho, al año siguiente decidió dejar sus estudios, así como su trabajo en una gran empresa hidroeléctrica canadiense.
Tras ello se dejó llevar por su adicción al trabajo y metido en lo que más le apasionaba funda una de las empresas tecnológicas más importantes de la historia: Microsoft gracias a su gran inteligencia y por tener a su lado a un amigo amante de las matemáticas y al que le gustaba imponer durísimas jornadas a los empleados.
Aunque muchos en su posición hubieran buscado hacerse cada vez más ricos, él estaba obsesionado los primeros años en conseguir dinero suficiente que le permitieran pagar las nóminas si en caso se quedaba sin un contrato importante. “Quería tener bastante dinero en el banco para que si nadie nos pagaba en un año, yo pudiese asumir los sueldos”, dijo según una publicación de El Mundo.
Pese a esa preocupación, eso no quita que fuese una persona fría y calculadora, y por ende un jefe muy duro, pues en ocasiones cuando el trabajo delegado iba demorar más de una semana, solía decir a sus empleados: “Yo puedo hacerlo en un día, ¿por qué no trabajas tanto como yo?”.
UN AMIGO INCONDICIONAL
Bill Gates no hubiera conseguido todo esto si es que a su lado no hubiera tenido a su amigo incondicional Paul Allen, quien fue su aliado y cofundador de Microsoft con el que compartió muchas cosas en el trabajo, pero también fuera de ella en un inicio. “Paul siempre quería que me emborrachara”, contó en una oportunidad.
Pero ambos eran demasiado adictos al trabajo y su pasión por la informática estaba delante de todo, algo que querían que sus trabajadores también lo hicieran, pero a ritmos exigentes. “No creía en los fines de semana, no creía en las vacaciones. Para mucha gente, no era un buen sitio para trabajar. Éramos frenéticos y muy exigentes”, señalaba Gates.
Sin embargo, años después, las metas de ambos cambiaron, al menos para Allen, quien en 1981 se fue a ver el despegue del primer transbordador espacial de la NASA sin avisarle a Gates que estaba dedicado en terminar el código que les había encomendado IBM, el cual era el programa MS-DOS, que llevó a la cima a Microsoft. En 1983, Allen renunció a su puesto tras ser diagnosticado con la enfermedad de Hodgkin, que llegó a superar, y aunque trató de relacionarse nuevamente con su amigo, las cosas no volvieron a ser igual. Incluso, acusó a Gates de intentar sacarlo del negocio.
SE DEDICA A FILANTROPÍA
Aunque durante sus inicios y en su trabajo fue muy duro y criticado por su forma de tratar a sus empleados y a quienes lo rodeaban, él se ha dedicado a ayudar al mundo con los millones que tiene en su cuenta. En 2009, Gates y Warren Buffett fundaron The Giving Pledge, por la cual ellos y otros multimillonarios se comprometen a donar al menos la mitad de su riqueza a la filantropía.
Asimismo, a través de su Fundación Bill y Melinda Gates se dedicada a reequilibrar oportunidades en salud y educación a nivel local, aunque también ha participado en otros países. Así tenemos que en Nigeria implementó su programa para erradicar la polio, razón por la cual han sido galardonados con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2006.