Los gremios de transportistas de La Paz iniciaron una huelga el miércoles, exigiendo al gobierno de Luis Arce garantías en la provisión de combustible, afectada por los bloqueos en Cochabamba organizados por seguidores de Evo Morales. Estos bloqueos han generado escasez de diésel y gasolina, afectando gravemente al sector del transporte.
Los transportistas bloquearon la autopista entre La Paz y El Alto, provocando la intervención policial con gases lacrimógenos. En respuesta, los manifestantes lanzaron piedras. Los choferes realizaron el llamado “bloqueo de las mil esquinas”, paralizando el transporte sindicalizado y forzando a los ciudadanos a caminar largas distancias o usar el teleférico, que colapsó por la alta demanda.
El dirigente Javier Escalante destacó que la escasez de combustibles, causada por los bloqueos, ha reducido las operaciones de transporte en un 30 %. Los transportistas también piden la reprogramación de deudas financieras y acusan al gobierno de un “gasolinazo encubierto” al introducir gasolina y diésel a precios más altos, entre 6,2 y 6,8 bolivianos por litro, mientras el combustible subvencionado, que cuesta 3,7 bolivianos, es escaso.
El Gobierno sostiene que la falta de combustible se debe exclusivamente a los bloqueos y ha invitado a los sindicatos de transportistas a dialogar para buscar soluciones. Mientras tanto, los seguidores de Morales continúan con los bloqueos para exigir respuestas a la crisis económica y la suspensión de procesos judiciales contra el exmandatario.
Este conflicto se suma a las protestas de otros sectores, como los comerciantes de carne, pollo y cerdo, quienes también demandan soluciones al aumento de precios. La situación refleja un creciente descontento social ante las dificultades económicas y la escasez de productos básicos.