El gobierno boliviano denunció este fin de semana que alrededor de 200 militares han sido tomados como “rehenes” por campesinos seguidores del expresidente Evo Morales, quienes protestan contra “la persecución judicial” de su líder y exigen la renuncia del presidente Luis Arce.
Esto es lo que se sabe sobre esta toma de “rehenes”, ocurrida en el contexto de los bloqueos de carreteras que partidarios de Morales han mantenido desde el 14 de octubre, en medio de la disputa entre Morales y su exministro Arce por la candidatura presidencial de la izquierda oficialista para las elecciones de 2025.
¿Cómo ocurrió la toma de “rehenes”?
El pasado viernes, las Fuerzas Armadas informaron que “grupos armados irregulares” habían tomado una unidad en el departamento de Cochabamba (centro), “con el secuestro de personal militar, armamento y munición”, sin precisar cuántos efectivos quedaron atrapados.
En uno de los primeros videos difundidos en redes sociales, se observa a unos 16 militares rodeados por campesinos armados con palos afilados. Un oficial uniformado declara: “El Regimiento Cacique Maraza ha sido tomado (...) nos han cortado el agua, la luz, nos han tomado como rehenes”.
Al día siguiente, la Cancillería informó que “tres unidades militares han sido asaltadas por grupos irregulares (...) tomando como rehenes a más de doscientos efectivos militares”. El viceministro de Coordinación con Movimientos Sociales, Juan Villca, confirmó el lunes a la AFP que los tres cuarteles continúan tomados.
¿Realmente hay rehenes?
Vicente Choque, dirigente de las federaciones indígenas del Chapare, en Cochabamba, negó en una entrevista con AFP que haya “rehenes”. “No hay ni un rehén; eso de rehenes, creo que el gobierno exagera, miente”, afirmó, aunque reconoció que existe una “vigilia” alrededor del cuartel para impedir la llegada de más uniformados.
Choque declaró que entre 2,000 y 3,000 personas están “en las puertas de la Novena División de Ejército”, una de las unidades ocupadas en el Chapare. Aseguró que los campesinos se acercaron inicialmente a la unidad militar para reclamar por vehículos presuntamente usados por la policía en lo que describen como un intento de asesinato contra Morales.
Morales afirmó el 27 de octubre que intentaron matarlo a tiros en el Chapare y que su vehículo recibió 14 impactos de bala, hiriendo a su chofer. Sus seguidores temen que se emita una orden de aprehensión contra él por presuntos delitos de estupro y trata y tráfico de una menor, acusaciones que Morales niega.
Choque añadió que si los militares desean salir del regimiento, “se coordina” con las personas en las puertas, y “pueden salir tranquilamente”. No obstante, el abogado Omar Durán, exoficial de las Fuerzas Armadas, contradijo esta versión, asegurando a la AFP que los militares “están retenidos en el lugar, no los dejan salir”.
En un video de la AFP, se observa a hombres, mujeres e incluso niños bajo árboles y lonas, mientras los militares, sin armas, mantienen una posición vigilante dentro del cuartel. Choque afirmó que la situación es similar en los otros dos cuarteles ocupados.
¿Por qué ocurrió este hecho inédito?
Durán expresó sus dudas sobre la labor de inteligencia en estas unidades, sugiriendo que no se tomaron las medidas preventivas necesarias para evitar la ocupación. Aunque cada unidad militar cuenta con oficinas de inteligencia, estas carecen de apoyo estatal y no funcionan adecuadamente, dijo.
Durán también comentó que los militares temen actuar firmemente por miedo a no recibir respaldo del gobierno. “Los oficiales creen que al primer disparo, el gobierno los va a abandonar”, explicó.
Por su parte, el viceministro Villca anticipó que se realizará una investigación exhaustiva sobre los militares que permitieron la entrada de los campesinos.