Centroamérica, una de las zonas del mundo más vulnerable a la crisis climática, está en alerta y ha activado sus equipos de socorro ante los pronósticos de fuertes lluvias como efectos de una nueva depresión tropical en el Caribe, informaron este jueves autoridades.
De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de Estados Unidos, la depresión tropical 13 estaba ubicada este jueves al Sur del mar Caribe, donde se espera que en los próximos días se convierta en tormenta tropical, precisó la Autoridad Marítima de Panamá (AMP).
La probabilidad de formación de una tormenta con nombre en 48 horas es del 80 % y aumenta al 90 % si el pronóstico es de los próximos cinco días, dijo el NHC.
En Nicaragua, las Fuerzas Armadas anunciaron este jueves la suspensión de los zarpes hacia el mar Caribe a partir de mañana y por tres días, y el Gobierno afirmó que las autoridades están preparándose para el impacto del fenómeno el próximo domingo.
En Honduras, los expertos indicaron que el disturbio estaría ingresando al país el próximo lunes al mediodía, y que dejará “montos de lluvia de hasta 200 milímetros”, por lo que el “riesgo de desbordamientos en las partes bajas de los mismos y deslizamientos en las montañas es alto”.
Así lo indicó este jueves el Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), que pronosticó que el fenómeno saldrá la noche del lunes próximo con dirección hacia Guatemala.
El presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, dijo a través de sus redes sociales que dio instrucciones para que “las instituciones estén en apresto para atender y apoyar” a los residentes del país centroamericano “ante la alerta de un nuevo ciclón tropical”.
En Panamá, las autoridades dijeron que la depresión tropical 13 “tiene una trayectoria muy cercana” al país, “con influencia en la intensidad y duración de las lluvias con montos de entre 100 y 200 milímetros acumulados por día a lo largo de la vertiente del Pacífico y algunas regiones de la vertiente del Caribe panameño”.
Panamá se encuentra en la etapa más fuerte de su prolongada temporada lluviosa, que va de mayo a octubre. Las precipitaciones propias de la época y otras asociadas al coletazo de huracanes y tormentas han causado en las últimas semanas inundaciones, deslaves y varios muertos, especialmente en el oeste del país.
En Costa Rica, la Comisión Nacional de Emergencias ha activado los comités locales de emergencias para eventuales evacuaciones en su zona norte, fronteriza con Nicaragua, y la zona sur, fronteriza con Panamá, ante los efectos indirectos de la onda tropical 41, que podría convertirse en huracán en el Caribe.
Según el Instituto Meteorológico Nacional de Costa Rica, las afectaciones indirectas del fenómeno en el país iniciarán a partir del sábado y podrían extenderse hasta el martes con lluvias fuertes.
Anualmente en Centroamérica las lluvias ocasionadas por huracanes y tormentas, o asociadas a estos fenómenos cada vez más frecuentes y violentos, dejan centenares de muertos y pérdidas de cultivos y de infraestructura millonarias, en una región ya de por sí marcada por la pobreza.
Fuente: EFE