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China comenzará el juicio en contra de los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, quienes fueron arrestados hace dos años en aparente represalia por la detención en Canadá de un alto ejecutivo del gigante chino de comunicaciones Huawei Technologies.
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El gigante asiático ha revelado pocos detalles de los cargos en contra de los canadienses, a quienes se les permitieron visitas ocasionales. En junio del año pasado, fueron acusados “delitos que socavan la seguridad nacional de China”.
Según el medio chino, Kovrig fue acusado de “haber utilizado un pasaporte ordinario y una visa de negocios para ingresar a China para robar información confidencial e inteligencia a través de contactos en China desde 2017”. En el caso de Spavor, se le juzgará por “ser una fuente clave de inteligencia para Kovrig”.
Las audiencias se han retrasado debido a las medidas de prevención por la pandemia del COVID-19, pero el tribunal “adelantará el juicio pronto”, dijo el periódico.
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Ambos canadienses fueron arrestados después de que Meng Wanzhou, una ejecutiva de negocios china de Huawei, fuera detenida en el aeropuerto de Vancouver, en Canadá. Estados Unidos busca que Wanzhou sea extraditada para enfrentar cargos de fraude.
Meng, quien permanece libre bajo fianza en Vancouver y que también es hija del fundador de Huawei, Ren Zhengfei.
Relaciones interrumpidas
Su arresto enfureció a Beijing, que ve el caso de Estados Unidos como un movimiento político diseñado para evitar el ascenso de China, y deterioró a las relaciones con Canadá, que tras este caso fueron en picada.
China también ha tomado represalias imponiendo restricciones a varias exportaciones canadienses a China y ha dictado sentencias de muerte a cuatro canadienses condenados por tráfico de drogas.
Tras la detención de Kovrig y Spavor, el primer ministro canadiense Justin Trudeau condenó la naturaleza “política” del caso y aseguró que el arresto corresponde a una “decisión tomada por el gobierno chino. Además, negó considerar cualquier intercambio de los dos canadienses por Meng.
Tanto la ex administración de Donald Trump como el actual gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se han comprometido a hacer todo lo posible para ayudar a los dos canadienses, a quienes considera que fueron “injustamente detenidos”.
