“El coronavirus ha llegado para quedarse por mucho tiempo”, aseguró hace algunas semanas el ministro de Salud, Víctor Zamora. No le faltó razón. La posibilidad de no dar con una vacuna que contrarreste efectivamente a la enfermedad está cobrando más realismo entre la comunidad científica, según un reporte de El Mundo de España.
Este panorama tiene como argumento principal el gran lapso de tiempo que demoró la humanidad en hallar vacunas contra enfermedades como la viruela y el papiloma.
Para estas afecciones se necesitaron 28 y 15 años respectivamente. En ese lapso de tiempo, la humanidad tuvo que aprender a convivir con el virus en el ambiente y con el riesgo de contagiarse.
Es así que algunos miembros de la comunidad científica han considerada “inédita” la posibilidad de dar con la vacuna contra el COVID-19 en un año y medio.
“En circunstancias normales serían necesarios de cinco a 10 años, con una media de ocho, para llegar a la farmacia con una vacuna. Según mi experiencia, será difícil tener una vacuna antes de dos años si queremos que esta funcione en un gran lapso de tiempo", indicó Sergio Abrignani, inmunólogo que labora en Milán.
EL PLAN B: LA CONVIVENCIA
Para graficar lo que probablemente sea el futuro de la humanidad, basta describir lo que sucedió en 1984 con el brote del VIH. En ese año, autoridades sanitarias de Estados Unidos indicaron que bastarían dos años para hallar la vacuna.
Hoy, mayo del 2020, no se ha encontrado un tratamiento efectivo a la enfermedad que ha causado la muerte de más de 32 millones de personas. Esto se debe a un factor importante: la mutación del virus.
Este componente no es parte del virus SARS-Cov-2, causante del nuevo coronavirus, por lo que la historia podría ser distinta y ahí recaen las esperanzas de hallar una vacuna pronto.
LA NUEVA NORMALIDAD
De esta manera, la realidad no será la misma que conocíamos hasta que se dé la noticia del descubrimiento práctico de la vacuna. Incluso, si se diera con esta, la producción a gran escala se produciría durante un año.
Ante este escenario, ver caminar a las personas con mascarillas, tomando el tren distanciados, alumnos en clases virtuales y con períodos de aislamiento masivo podrían reflejar lo que la humanidad tendrá que vivir en los próximos meses o años.