Brasilia. [EFE]. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió este miércoles en que la pandemia del coronavirus ha sido “superdimensionada”, en momentos en que el país suma más de 150.000 muertos por COVID-19 y sigue sin superar la crisis sanitaria.
“Entramos en 2020 y tuvimos el problema de la pandemia que, en mi entendimiento, fue superdimensionada”, declaró el gobernante en una videoconferencia con representantes de la Federación de Industrias del Estado de Río de Janeiro (Firjan).
El líder de la ultraderecha brasileña no hizo mención alguna a los casi 151.000 muertos y 5,1 millones de contagios que registra el país y dijo que si el gobierno y “parte del empresariado” hubieran aceptado “el quédese en casa, que la economía viene después”, Brasil “estaría ciertamente en una situación bastante complicada”.
También reiteró que “desde el comienzo” de la pandemia sostuvo que “la cuestión del virus y el desempleo debían ser tratados con la misma responsabilidad y simultáneamente”, lo que a su juicio no fue hecho por alcaldes y gobernadores que decretaron cuarentenas y otras medidas de aislamiento social que llegaron a paralizar la economía.
Esas medidas ya han sido casi totalmente levantadas en todo el país, pero fueron rígidas entre los meses de marzo y junio, período en el que la mayoría de las actividades productivas se mantuvieron en mínimos.
Algunos bancos privados llegaron a prever que el Producto Interno Bruto (PIB) de Brasil perdería hasta un 14 % este año debido a esa paralización, pero las proyecciones del gobierno y de los analistas financieros sitúan ahora esa previsible caída en torno al 5 %.
“La economía se está recuperando ahora” y “de forma mucho mejor de lo que podíamos esperar”, garantizó Bolsonaro, quien citó algunos datos oficiales sobre una mínima recuperación de la tasa de empleo, pese a que el paro aún es de un elevado 13 %, con unos 13 millones de personas sin trabajo y otros 40 millones en la informalidad.
También este miércoles, pero en un breve encuentro con grupos de seguidores a las puertas de su residencia oficial, el presidente se refirió a la fuerte alza que han sufrido en las últimas semanas los precios de los alimentos básicos y lo atribuyó igualmente a la parálisis económica de los meses anteriores.
“Todos decían que había que quedarse en casa que la economía la veíamos después. Ahora llegó la cuenta y hay que pagarla”, declaró sobre el precio del arroz, que ha subido un 20 % desde enero.
Además, reiteró que su gobierno no regulará los precios de los alimentos de la canasta básica. “En Venezuela está todo regulado y no tienen un grano de arroz para comer”, declaró.