Durante un discurso en la Casa Blanca, Biden anunció una serie de normas que en total, pronosticó, afectarán a unos 100 millones de trabajadores, “dos tercios” de la fuerza laboral del país. (Foto: Brendan Smialowski / AFP)
Durante un discurso en la Casa Blanca, Biden anunció una serie de normas que en total, pronosticó, afectarán a unos 100 millones de trabajadores, “dos tercios” de la fuerza laboral del país. (Foto: Brendan Smialowski / AFP)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó este jueves la vacunación obligatoria contra la covid-19 de todos los empleados del Gobierno federal, y puso en marcha un plan para forzar también a hacerlo a la mayoría de los trabajadores de las empresas privadas del país.

Se trata del paso más rotundo hasta ahora de Biden, en su intento de aumentar la tasa de vacunación en Estados Unidos, en un momento en el que la variante delta ha devuelto los contagios a niveles inéditos desde enero y provoca más de mil fallecimientos cada día, prácticamente todos de personas no vacunadas.

“Hemos sido pacientes, pero nuestra paciencia se está agotando, y su negativa (a vacunarse) ha tenido costos para todos”, aseguró Biden a los casi 80 millones de estadounidenses que cumplen los requisitos para recibir la vacuna, pero se niegan todavía a hacerlo.

Durante un discurso en la Casa Blanca, Biden anunció una serie de normas que en total, pronosticó, afectarán a unos 100 millones de trabajadores, “dos tercios” de la fuerza laboral del país.

En primer lugar, firmó un decreto que establece un mandato de vacunación para los 2,1 millones de empleados del Gobierno federal de Estados Unidos, que hasta ahora tenían la opción no ser vacunados si se sometían a pruebas de covid-19 de manera regular.

Una segunda orden ejecutiva establece el mismo requisito para todos los contratistas del Gobierno federal, y Biden enfatizó que quienes quieran trabajar con su Ejecutivo deberán garantizar que “su personal está vacunado”.

Esos mandatos de vacunación también se aplicarán a los empleados de la mayoría de instalaciones sanitarias de EE.UU. que reciben subsidios federales de los programas Medicare o Medicaid, lo que afecta a unos 50.000 proveedores de salud del país.

La tercera medida será, si consigue implementarse, la más significativa: el presidente anunció que el Departamento de Trabajo publicará una norma de emergencia que afectará a todas las compañías que tengan 100 empleados o más, en las que trabajan al menos 80 millones de personas.

Esas empresas deberán garantizar que sus trabajadores están vacunados con la pauta completa o, de lo contrario, obligarlos a mostrar un resultado de test negativo al menos una vez a la semana.

“Se acabó la hora de esperar. Esto no se trata de libertad o de una elección personal. Se trata de protegerse usted mismo y a los que le rodean”, subrayó el presidente.

Restos para implementar este medida

Según expertos legales, el Departamento de Trabajo tiene autoridad para imponer una norma de ese tipo, pero eso no significa que no pueda enfrentar demandas de políticos republicanos, que se oponen a ese tipo de mandatos, y tampoco está claro si será fácil para las empresas implementar la medida.

La gobernadora de Dakota del Sur, la republicana Kristi Noem, tachó la medida de Biden sobre las empresas de “inconstitucional” y advirtió en un tuit de que acudirá a los tribunales para tratar de tumbarla.

Biden recordó que muchas grandes compañías del país ya obligan a todos empleados a vacunarse, como la aerolínea United; o han tomado medidas que se acercan a un mandato similar, como Walmart, McDonald’s, Disney o la cadena televisiva de tinte conservador Fox News.

El plan de Biden también busca mejorar la situación en las escuelas del país, donde en algunos casos ha habido ya brotes que han forzado a colegios a cerrar: el mandatario anunció la vacunación obligatoria de los casi 300.000 profesores que trabajan en un programa de educación temprana conocido como Head Start.

Además, prometió plantar cara a los gobernadores y políticos republicanos que han intentado prohibir los mandatos de mascarillas o vacunas en las escuelas, al reiterar que su Gobierno compensará el salario de cualquier superintendente o profesor al que puedan privarle de su sueldo por “hacer lo correcto”.

“Si estos gobernadores no nos ayudan a acabar con la pandemia, usaré mis poderes como presidente para conseguir que se hagan a un lado”, recalcó.

El discurso de Biden llegó poco antes de que el segundo mayor distrito escolar del país, el de Los Ángeles, aprobara un mandato de vacunas para todos los estudiantes de 12 años o más en el sistema público de la ciudad, además de exigirlo para los maestros y personal de las escuelas.

Por otra parte, la Agencia de Seguridad en el Transporte de EE.UU. anunció que a partir de este viernes duplicará las multas para los pasajeros que se nieguen a llevar mascarilla en aeropuertos o aviones, que serán de 500 a 1.000 dólares inicialmente y de hasta 3.000 para los reincidentes.

“Y, por cierto, muestren algo de respeto. La ira que vemos en la televisión contra azafatos de vuelo y otros que están haciendo su trabajo está mal”, denunció Biden.

Por último, explicó que invertirá 2.000 millones de dólares para “comprar casi 300 millones de tests rápidos para distribuirlos en centros de salud comunitarios, bancos de alimentos y escuelas”; y que tanto Amazon como Walmart y Kroger venderán pruebas caseras de covid-19 a precios baratos durante al menos tres meses.

El 53,3 % de los estadounidenses ha recibido la pauta completa de las vacunas contra la covid-19, incluidos el 62,4 % de los mayores de 12 años, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).

Fuente: EFE

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