China se encuentra ante el peor brote de COVID-19 de la pandemia, que ha llevado a las autoridades a confinar a millones de habitantes y a preparar camas para hospitalizaciones de emergencia, poniendo bajo presión al sistema de salud, especialmente en Shanghái.
El país aplica la estrategia “cero covid” que consiste en hacer todo lo posible para evitar más casos, lo que implica someter a pruebas a grandes porciones de la población y a aislar a miles de personas en centros especiales o en hospitales.
Como resultado, el sistema de salud de Shanghái, el centro principal de esta ola debida a la variante ómicron, está ampliando su capacidad al límite para asegurar de forma simultánea las pruebas, el aislamiento de los contagiados y los tratamientos de enfermos que no tienen covid.
A continuación una lista de los principales desafíos que enfrenta China:
La tasa de vacunación
A mediados de marzo, 1.200 millones de personas habían recibido al menos dos dosis de vacunas, es decir un 90% de la población.
Por ahora, solamente la mitad de los chinos han recibido una dosis de refuerzo.
Una dificultad adicional es la protección de la población de más edad. En el grupo de personas de más de 80 años, solamente la mitad ha recibido dos dosis.
En China continental, por ahora solamente están autorizadas las vacunas chinas, aunque las autoridades dieron luz verde bajo ciertas “condiciones” al uso de la píldora anticovid Paxlovid de la farmaceútica Pfizer.
Según varios estudios, las vacunas chinas tienen menos eficacia en promedio que otros compuestos, aunque ofrecen una protección contra los cuadros graves.
La presión en los hospitales
El sistema de salud de China ha mejorado en los últimos años, pero tiene que hacer frente a la insuficiencia de efectivos y a un envejecimiento de la población.
Según el Ministerio de Salud, China tiene solo 2,9 médicos generalistas por cada 10.000 personas. En comparación, el Reino Unido tiene el mismo número de facultativos para 1.000 personas.
Además hay regiones mejor provistas que otras.
Los investigadores de la prestigiosa Universidad de Pekín advirtieron que el país podría enfrentarse a “un enorme brote” que colapsaría el sistema de salud si suavizaban las restricciones, como hizo Europa y Estados Unidos.
Las diferencias entre el campo y la ciudad
Si bien la pobreza se ha reducido en el país de una forma espectacular en las últimas décadas, persisten diferencias muy marcadas entre las ciudades y el campo en la atención de salud.
La medicina de punta, los médicos más experimentados y los mejores establecimientos están en las grandes ciudades donde los habitantes tienen una horquilla de opciones entre los centros públicos y clínicas privadas.
El sistema de salud y la estrategia “cero covid”
Shanghái es la ciudad más avanzada del país, por lo que ha sorprendido que se encuentre con tantas dificultades ante la crisis sanitaria y haya problemas para encontrar camas para aislar a los contagiados.
Según las autoridades, 130.000 camas están disponibles o van a estarlo en los próximos días.
Cerca de 40.000 fueron instaladas en el Centro Nacional de Exposiciones y en el Congreso de Shanghái.
En la mayoría de los casos acogen a personas asintomáticas.
Por otro lado, los habitantes de la ciudad confinados se quejan de una falta de acceso a los alimentos frescos y a los cuidados hospitalarios para las urgencias.
Según la prensa china, al menos dos personas asmáticas murieron tras no recibir atención en los hospitales ya que no tenían una prueba negativa de covid.
Cerca de 38.000 profesionales de salud y 2.000 militares de otras partes del país fueron enviados a Shanghái para ayudar en la atención de salud y la distribución de víveres.
Fuente: AFP