Dinamarca eliminará mañana las mascarillas en el transporte público, único espacio en el que aún era obligatorio por el coronavirus, bajo ciertas circunstancias, una vez que desaparezca la exigencia de guardar distancia social mínima de un metro.
Las mascarillas ya no eran obligatorias como norma general en interiores desde hacía dos meses (en exteriores nunca lo fueron, al igual que en el resto de países nórdicos), salvo al entrar y salir del transporte público o si se viajaba de pie.
“Ahora estamos en otra situación distinta, con gran parte de la población ya vacunada, y volvemos a un día a día más normal. Eso significa también que decimos adiós a las mascarillas en autobuses, tren y metro”, señaló hoy en un comunicado el ministro de Transporte, Benny Engelbrecht.
El único lugar en el que seguirá siendo obligatorio llevar mascarilla será en los aeropuertos, ya que ahí se siguen las directrices internacionales.
La desaparición de los cubrebocas en el transporte público estaba prevista para el 1 de setiembre, pero se ha adelantado después de que las autoridades danesas eliminaran hace unos días la exigencia de distancia social, lo que permitirá que teatros y cines puedan llenar de nuevo sus aforos.
Reapertura vinculada a pasaporte de coronavirus
Dinamarca ha mantenido controlada la epidemia los últimos meses, gracias a una estrategia de test gratuitos, rastreo y secuenciación, que le permitió iniciar en abril una desescalada vinculada en parte al uso del pasaporte de coronavirus para demostrar que se ha pasado la enfermedad, se está vacunado o se tiene una prueba negativa.
Ese pasaporte todavía es necesario por ejemplo para entrar en restaurantes o bares, así como en estadios de fútbol, que sin embargo ya pueden usar toda su capacidad.
Está previsto que las discotecas, cerradas desde hace más de un año, reabran el 1 de septiembre y que un mes después se levanten las últimas restricciones, incluido el pasaporte COVID-19.
Dinamarca es uno de los países menos afectados en Europa, con 2.556 fallecidos por coronavirus y una tasa de mortalidad de 43,93 por 100.000 habitantes, cuatro veces menos que España.
La incidencia de nuevos casos en los últimos 14 días se sitúa en 213,46 por 100.000 habitantes, aunque los ingresos hospitalarios se mantienen en cifras moderadas y la mortalidad es baja.
El 73,7 % de la población diana ha iniciado el proceso de vacunación y el 62,4 % lo ha completado ya, según los últimos datos oficiales.
Fuente: EFE