Dos personas fallecidas, varias viviendas destruidas y otras afectadas en varias playas de Ecuador ha dejado el fuerte oleaje en el océano Pacífico, cuya condición se espera remita el martes y mejore hacia el puente festivo de Año Nuevo.

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Así lo precisaron este domingo varias autoridades del vecino país tras evaluar el fenómeno natural que comenzó el pasado viernes, con olas que han superado los dos metros de altura.

Las provincias de El Oro (frontera con Perú) y la de Manabí han sido las más afectadas por el fenómeno marítimo, que también ha azotado playas en las de Santa Elena y Esmeraldas (fronteriza con Colombia).

El titular de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (Sngre), Jorge Carrillo, dijo en rueda de prensa que desde el pasado viernes se han registrado once eventos relacionados con el fuerte oleaje que ha puesto en peligro a poblaciones costeras.

Confirmó que se han registrado dos personas fallecidas, ambas en la provincia de Manabí, y que el oleaje ha afectado directamente a 38 familias que suman 131 personas.

También indicó que 38 viviendas han sido afectadas, 2 destruidas, 14 bienes públicos con daños menores y 5 destruidos, incluido 1 tramo del puerto pesquero en la zona de Jaramijó (Manabí).

Carrillo hizo un llamado a la población para que respete las alertas de precaución que se han aplicado en varias playas (banderas roja y amarilla).

Añadió que las predicciones sobre el comportamiento del fenómeno advierten de que hasta este domingo se mantendrán olas de hasta 2,1 metros de altura en las zonas donde golpee el oleaje, pero que se espera que el fenómeno empiece a remitir desde el lunes.

Ello podría dar un alivio al sector turístico que se prepara para recibir a decenas de miles de visitantes durante el puente festivo de Año Nuevo, entre el 1 y el 5 de enero, añadió Carrillo.

De su lado, el Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada (Inocar), encargado de vigilar las condiciones del mar ecuatoriano, ha indicado que este tipo de fenómenos es conocido como ‘Mar de fondo’ y suele ocurrir entre mayo y enero de cada año.

El evento se caracteriza por “la presencia de olas de largo periodo y continuas, generadas por tormentas lejanas a lo largo del océano Pacífico hasta alcanzar nuestra costa”, según el Inocar.

El fenómeno se ha presentado en zonas costeras de Chile, Perú y Ecuador.

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