Joe Biden y Donald Trump recorren varios estados a cinco días de las elecciones intermedias que podrían paralizar los últimos dos años del mandato del presidente demócrata y preparar el terreno para un potencial regreso del magnate republicano en 2024.
En una universidad pública de Nuevo México, Biden se vanaglorió de haber condonado parcialmente las deudas contraídas por millones de estudiantes para pagar sus estudios y de otras políticas que “aportaron enormes progresos al país”.
El dirigente demócrata irá después a California, donde su partido suele cosechar éxitos. Luego viajará a Pensilvania (noreste), un estado donde el voto es más reñido, y a Chicago, otro bastión demócrata.
Con vistas a los comicios del 8 de noviembre, que corren el riesgo de paralizar políticamente su mandato, Biden ha optado por presentarse como el defensor de las clases trabajadoras y garante de la democracia frente a candidatos republicanos dispuestos a rechazar el resultado de la votación, a imagen y semejanza de Trump, quien nunca reconoció su derrota en las presidenciales de 2020.
Pero el expresidente, todavía muy influyente en el Partido Republicano, también pasó a la ofensiva.
Trump prevé recorrer cuatro estados clave en cinco días: este jueves va a Iowa, en el Medio Oeste, que se inclina más por los republicanos y donde comienza tradicionalmente la campaña para la nominación de los candidatos a la Casa Blanca. Seguirá en Florida, Pensilvania y Ohio.
Estos comicios intermedios se han convertido en una confrontación indirecta entre Donald Trump y Joe Biden, como para calentar motores antes de las elecciones presidenciales de 2014.
Biden ha dicho que tiene la intención de presentarse a la reelección pero no cuenta con el apoyo de todo el partido debido a su edad (pronto cumplirá 80 años) y a su impopularidad. Una derrota la próxima semana lo dejará todavía más en el aire.
“Caos”
El miércoles por la noche pronunció un discurso sobre la democracia con tintes dramáticos sobre estos comicios, que pueden cambiar el equilibrio de fuerzas en el Congreso y aupar al poder a gobernadores y ediles afines a Trump.
Estimó que negando el resultado de las últimas elecciones presidenciales y amenazando con contestar las de la próxima semana los republicanos más radicales que defienden a Trump podrían sumir a la primera potencia mundial en el “caos”.
En el pequeño estado de Rhode Island, el último clip de la campaña demócrata, por ejemplo, utiliza imágenes del asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 por parte de partidarios de Trump.
Está por ver si la movilización de Biden y de otras personalidades, como el expresidente Barack Obama, surtirá efecto. Por ahora los sondeos son más bien favorables a los republicanos.
Los conservadores no solo esperan, como prevén las encuestas, obtener el control de la Cámara de Representantes, que se renueva completamente, sino también el del Senado, en el que hay un tercio de los escaños en juego.
El Partido Republicano centra el discurso en los altos precios y el aumento de la delincuencia, que los atribuye a la política de Biden.
“Desde el aumento de la delincuencia, una inflación extremadamente alta y una frontera abierta, las familias de Nuevo México merecen algo mejor que los fracasos de Biden”, afirmó la jefa del Partido Republicano, Ronna McDaniel, cuando el presidente demócrata aterrizaba en este estado del sudoeste del país.
Los conservadores intentan no incidir en su oposición al derecho al aborto, desprotegido desde una sentencia de la Corte Suprema.
Los demócratas, por el contrario, defienden la interrupción voluntaria del embarazo y quieren protegerla con una ley federal si ganan las elecciones.
Fuente: AFP