Donald Trump, presidente de Estados Unidos, estuvo cerca de reconocer el viernes que perdió las elecciones del 3 de noviembre ante Joe Biden, pero finalmente se limitó a afirmar: “El tiempo lo dirá”.
El mandatario republicano, quien aún no felicitó a su rival demócrata, declarado ganador el sábado según proyecciones de medios en base a resultados oficiales, habló desde la Casa Blanca para anunciar la inminente autorización de una vacuna contra el covid-19.
“No vamos a ir a un confinamiento”, prometió, cuando Estados Unidos, que llora más de 243.000 muertos por el coronavirus, vive un repunte récord de contagios.
“Con suerte, lo que pase en el futuro, quién sabe qué gobierno será, supongo que el tiempo lo dirá”, agregó.
Trump habló poco antes de que Biden consolidara su triunfo el viernes, al acumular 306 votos en el Colegio Electoral de 538 miembros que escoge al presidente de Estados Unidos. Irónicamente, es el mismo número que le otorgó a Trump su sorprendente victoria sobre Hillary Clinton en 2016.
Las cadenas de TV declararon a Biden vencedor en Georgia, donde los demócratas ganaron por última en 1992 con Bill Clinton, tras hacerlo el jueves en Arizona, en manos republicanas desde 1996. Trump terminó con 232 votos electorales tras sumar Carolina del Norte.
“¿Cuándo admitirá que perdió las elecciones, señor?”, gritaban los periodistas mientras Trump abandonaba el Jardín de las Rosas sin hacer comentarios.
Trump no hablaba públicamente desde el 5 de noviembre, cuando afirmó falsamente haber ganado y dijo que le habían “robado” las elecciones, como hizo la noche misma de los comicios. Desde entonces, ha reiterado en Twitter sus acusaciones infundadas de fraude e impulsado demandas judiciales para impugnar los resultados.
Marchas en la capital
“¡Esta elección fue amañada!”, tuiteó el viernes, tras anunciar que podría “intentar pasar y saludar” a sus partidarios en el mitin que prevén este sábado en Washington para respaldar sus denuncias.
Ese día, varios grupos bajo los lemas “Paren el robo”, “Marcha del millón de MAGA” (en alusión al eslogan de Trump, Hacer grande a Estados Unidos otra vez) y “Mujeres por Estados Unidos Primero” tienen previstas manifestaciones en la capital.
Pero autoridades electorales de todo el país afirmaron que las elecciones fueron “las más seguras de la historia”, subrayando que “no hay evidencia” de votos perdidos o cambiados, ni de sistemas de votación alterados.
Y el viernes, un juez de Michigan emitió otra desestimación de las acusaciones de fraude republicanas.
El horizonte siguió oscureciéndose para el mandatario cuando Biden sumó las felicitaciones de China.
Pero Trump y su entorno parecen vivir en una realidad paralela.
“El presidente asistirá a su propia investidura”, aseguró en Fox News la secretaria de prensa de Trump, Kayleigh McEnany. “Cuando se cuente cada voto legal, el presidente Trump ganará”, dijo.
“Estamos avanzando aquí en la Casa Blanca bajo el supuesto de que habrá un segundo mandato de Trump”, afirmó en Fox Business el asesor comercial de Trump, Peter Navarro.
Transición bloqueada
A pesar del bloqueo de Trump para que se inicie el proceso de transferencia de poder que prevé la ley, Biden continúa con sus preparativos para asumir el 20 de enero: el sábado se reunirá con sus asesores para la transición, tras analizar el viernes el avance del COVID-19 con los expertos de su célula de crisis.
“Renuevo mi llamado a todos los estadounidenses, independientemente de dónde vivan o por quién hayan votado, para que (...) hagan su parte en el distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de máscaras para protegerse y proteger a los demás”, urgió en un comunicado.
Su nuevo jefe de gabinete, Ron Klain, consideró el jueves que impedir que la administración entrante acceda a las reuniones informativas confidenciales del gobierno actual pone en riesgo la fluidez del proceso.
El exjefe de gabinete de Trump, John Kelly, dijo que la demora en permitir que la transición comience oficialmente es perjudicial para la seguridad nacional de Estados Unidos, como ya advirtieron por escrito más de 150 exfuncionarios en la materia, incluidos algunos que trabajaron con Trump.
“Trump no tiene que conceder si no quiere hasta que se complete el proceso electoral. Pero no hay nada de malo en comenzar la transición”, dijo al periódico Politico.
Aunque muchos en el partido republicano se han mostrado leales a Trump, senadores destacados como Marco Rubio, James Lankford y Roy Blunt se pronunciaron en el mismo sentido.
El nuevo jefe del Pentágono, Christopher Miller, nombrado por Trump luego de despedir el lunes por Twitter a Mark Esper, aseguró el viernes que las fuerzas armadas estadounidenses no se han debilitado en este contexto electoral.
“El Departamento de Defensa sigue siendo fuerte y continúa su trabajo vital de proteger nuestra patria, nuestra gente y nuestros intereses en todo el mundo”, afirmó.
Fuente: AFP