El entonces presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, participa en una sesión informativa en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC, el 4 de septiembre de 2019. (EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS).
El entonces presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, participa en una sesión informativa en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC, el 4 de septiembre de 2019. (EFE/EPA/MICHAEL REYNOLDS).

Un fiscal demócrata al fin de su mandato, otra fiscal conocida por su tenacidad, un fiel asesor de y un exallegado que decidió traicionarlo: estos son algunos protagonistas del dossier judicial que podría culminar con la inculpación inédita de un expresidente estadounidense.

Cyrus Vance, el fiscal que busca la posteridad

El fiscal de Manhattan Cyrus Vance, de 66 años, un demócrata elegido al cargo en 2010, fue el primero en abrir una investigación penal contra el expresidente republicano.

Hijo de un exsecretario de Estado estadounidense, ha sido acusado a veces de negarse a procesar a personas poderosas, sobre todo por haberse demorado en inculpar al exproductor de cine Harvey Weinstein.

Pero sobre el caso Trump se ha mostrado determinado, primero en la larga batalla para obtener sus archivos contables y financieros, y luego desplegando grandes recursos humanos y financieros sobre esta investigación sensible políticamente.

En juego está su reputación para la posteridad. Ya anunció que no buscará un cuarto mandato cuando el suyo expire en diciembre. Observadores estiman que hará todo lo posible para inculpar a Trump antes de esa fecha, con un dossier lo más sólido posible para facilitar la tarea de su sucesor.

Letitia James, la fiscal combativa

La Fiscal General del Estado de Nueva York, también demócrata, fue la primera mujer negra en ocupar el cargo en 2018.

Desde entonces, esta procuradora de 62 años se ha forjado una reputación de combativa e independiente, intensificando las investigaciones tanto de las grandes empresas (especialmente los gigantes tecnológicos) como de la administración Trump, contra la que ha lanzado decenas de acciones civiles.

Aunque Trump la acusa de parcialidad en su contra, también ha asumido expedientes comprometedores para el gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, debilitado por una serie de escándalos.

Después de entregar un informe contundente sobre las acusaciones de ocultamiento del número de muertos por la pandemia en hogares de ancianos, James lidera la delicada investigación en curso sobre las acusaciones de acoso sexual contra el gobernador. Dependiendo de la gravedad de los resultados de esta investigación, Cuomo puede verse obligado a dimitir.

Michael Cohen, con sed de venganza

El exabogado personal de Trump, de 54 años, fue el primero del círculo cercano del expresidente en ser arrestado por la justicia, que lo condenó a fines de 2018 a tres años de prisión por evasión de impuestos y violar las leyes de financiamiento de campañas.

Pero también fue el primero de sus seguidores (que trabajó durante 10 años como mano derecha del magnate, diciendo que estaba listo para “recibir una bala por su jefe”) en darse vuelta y colaborar con los investigadores.

Ha sido interrogado varias veces en las últimas semanas por el equipo de Cyrus Vance.

En febrero de 2019, ante una comisión parlamentaria, acusó a Donald Trump a diestra y siniestra. Entre otras cosas, señaló que el multimillonario infravalora o sobrevalora regularmente sus activos, tanto con los bancos como con las compañías de seguros, para escalar en las clasificaciones anuales de la las personas más ricas establecidas por organizaciones como Forbes.

Muy activo en Twitter o a través de su podcast “Mea Culpa”, con frecuencia se regocija por los problemas legales de su exjefe y su posible próxima acusación.

Allen Weisselberg, leal entre los leales a Trump

A sus 73 años, este discreto contador es el colaborador más fiel del holding familiar de Trump. Comenzó como contador en la firma de Frederick Trump, el padre de Donald, antes de unirse a la Organización Trump como controlador financiero cuando el magnate se estableció en Manhattan en la década de 1980.

Ha estado en todas las aventuras empresariales de Donald Trump, incluso cuando éste estaba en problemas con sus casinos de Atlantic City.

Según Barbara Res, exvicepresidenta de la Organización Trump citada recientemente por el Daily News, “pensaba que Trump era un Dios”. Pero ahora, todos se preguntan si se volverá contra su jefe.

Los investigadores lo han estado presionando durante meses, sin dudar en apuntar también a su familia, especialmente a su hijo Barry Weisselberg, para convencer a este hombre que se cree conoce todos los secretos de la Organización Trump para que colabore con ellos.

Fuente: AFP

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