EFE. El Gobierno francés informó este miércoles nuevas restricciones en una decena de ciudades, tales como el cierre de bares y restaurantes a las 22.00 horas, limitación de las grandes aglomeraciones a 1.000 personas y de las reuniones públicas a diez. En tanto, que en Marsella y Guadalupe (Antillas) la fuerte circulación del virus obliga a una clausura total de los bares.
Ante la degradación de la situación sanitaria, el Gobierno ha dividido las zonas de mayor circulación del virus en tres: alerta roja, alerta reforzada y alerta máxima.
Casi todas las grandes ciudades del país han sido puestas en alerta roja reforzada por presentar una tasa de incidencia superior a 100 casos positivos por cada 100.000 habitantes, entre ellas París, Burdeos, Toulouse, Lille, Saint-Étienne, Rennes, Rouen, Grenoble y Montpellier, según indicó el ministro de Sanidad, Olivier Véran, en una rueda de prensa.
En ellas, las grandes reuniones de público estarán limitadas a 1.000 personas, frente a las 5.000 permitidas hasta ahora, lo que en el caso de París afecta principalmente al torneo de tenis de Roland Garros, que comienza este domingo.
Además, quedan prohibidas las fiestas locales y estudiantiles, así como la reuniones de más de diez personas en espacios públicos, a lo que se suma el cierre anticipado de bares a partir del próximo lunes, que será fijado por el gobierno local y la prefectura pero que en ningún caso podrá superar las 22.00 hora local.
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Véran pidió además que se favorezca el teletrabajo siempre que sea posible, especialmente para las personas más frágiles.
Tan solo dos territorios, Marsella y Guadalupe, han sido puestos en alerta máxima, una clasificación que se aplicará cuando la tasa de incidencia sea superior a 250 personas entre la población global ó 100 en el caso de los mayores, o bien cuando el 30 % de las camas de las ucis estén ocupadas por pacientes de COVID-19.
En estas zonas, a las medidas anteriormente citadas se añade el cierre total de bares y restaurantes a partir del próximo lunes, así como de todo establecimiento que acoja público salvo los que tengan protocolos sanitarios estrictos ya activados, como teatros, museos y cines, que no se verán afectados.
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Reducir los contactos
El ministro insistió en que estas medidas se aplicarán en principio durante dos semanas, el tiempo calculado para lograr frenar el avance del virus e impedir la saturación del sistema hospitalario en octubre y noviembre.
Además de las grandes urbes, 69 de los 101 departamentos del país están en alerta roja, activada cuando el nivel de incidencia supera los 50 casos por cada 100.000 habitantes, en los que los prefectos deberán tomar medidas particulares para evitar la circulación del coronavirus.
El Gobierno sigue preconizando el respeto a las medidas de seguridad, como distancia física, uso de mascarillas y limpieza de manos, e insiste a los ciudadanos en que reduzcan su círculo social y las salidas que no sean necesarias.
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“Si no tomamos medidas con rapidez, nos arriesgamos a encontrarnos en una situación crítica en las regiones más afectadas en un par de semanas”, alertó Véran, que destacó en particular la presión a la que están sometidos ya los hospitales de la región parisina.
Con una tasa de test positivos del 6,2 % y 783 ingresos suplementarios en hospitales en un día, 130 de ellos en unidades de cuidados intensivos, Francia empieza a notar un repunte de los casos graves del coronavirus, con cerca de 1.000 pacientes en las ucis del país (en el pico de la epidemia, en abril, llegaron a ser 7.000).
Este martes se notificaron 13.072 nuevos contagios (481.141 desde el inicio de la epidemia)y 43 muertes suplementarias, con lo que el total de fallecidos asciende a 31.459 desde el 1 de marzo, y 70 focos de contagio más.