El presidente autonómico de Groenlandia, Múte B. Egede, reiteró este martes que la isla “no está en venta” y enfatizó que cualquier decisión sobre su futuro será tomada por los propios groenlandeses. Estas declaraciones responden a la insistencia del presidente estadounidense, Donald Trump, en controlar Groenlandia, incluso planteando acciones de fuerza o sanciones económicas contra Dinamarca si no accede a vender el territorio.
“Estamos trabajando en una reunión para explicar cuál es la posición de Groenlandia”, afirmó Egede durante una rueda de prensa en Nuuk, capital de la isla. También recordó que cualquier diálogo sobre la influencia de Estados Unidos en el territorio debe realizarse directamente con su Gobierno.
Una posición firme ante la presión internacional
Egede subrayó que Groenlandia, con más de dos millones de kilómetros cuadrados (el 80 % cubierto de hielo) y una población de apenas 57,000 personas, no aceptará decisiones externas sobre su futuro. “Nuestro país y nuestra población son los que decidirán qué va a ocurrir. Otros países no pueden decidir qué haremos”, declaró, destacando que los groenlandeses no desean ser “ni estadounidenses ni daneses”.
Aunque Egede reconoció que la situación es “difícil”, llamó a la calma y a la unidad en medio de las crecientes tensiones.
Reacción desde Dinamarca
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, también reafirmó que Groenlandia no está en venta y que cualquier decisión sobre su independencia corresponde a sus habitantes. Frederiksen sostuvo la semana pasada una conversación telefónica de 45 minutos con Trump, durante la cual el mandatario estadounidense mantuvo su amenaza de imponer sanciones arancelarias a Dinamarca.
Además, Frederiksen convocó a los líderes políticos, empresariales y sindicales en Copenhague para abordar la situación y coordinar estrategias. “La situación es grave y es necesario afrontarla. Estamos en diálogo con nuestros colegas europeos y con la nueva administración estadounidense”, declaró el ministro de Industria, Morten Bødskov.
Autonomía y desafíos económicos
Groenlandia goza desde 2009 de un Estatuto de autonomía que le reconoce el derecho a la autodeterminación. Aunque la mayoría de la población respalda la independencia de Dinamarca, la economía de la isla sigue dependiendo en gran medida de las ayudas anuales de Copenhague, que representan la mitad de su presupuesto.
Los intentos por aumentar los ingresos mediante la explotación de sus recursos minerales y petroleros no han tenido éxito debido a las dificultades técnicas y los elevados costos de extracción.
Contexto internacional
Las crecientes tensiones entre Estados Unidos y Dinamarca reflejan el interés estratégico por Groenlandia, una región clave en términos geopolíticos debido a su ubicación en el Ártico y sus potenciales recursos naturales.
Mientras Trump insiste en su intención de controlar la isla, Groenlandia y Dinamarca se mantienen firmes en su postura: la soberanía y el futuro de Groenlandia son decisiones que competen únicamente a sus habitantes.