Cuando Jeff Bezos se alejó del puesto de director para ser presidente ejecutivo de Amazon, nadie imaginaba que tras ese poderoso lugar, el magnate estadounidense había dejado una gran enseñanza que, para muchos, cambió la forma de cómo realizar el proceso de selección en las entrevistas de trabajo. A continuación, te contamos la vez que el líder del e-commerce más famoso del mundo contrató a una jovencita, allá por el 2002, luego de hacerle solo dos preguntas.
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Ann Hiatt es la protagonista del momento que más se debe recordar en la historia de las entrevistas laborales. Ese episodio también fue acompañado por uno de los hombres más ricos del mundo, quien según revela la cadena estadounidense CNBC, contrató a la empresaria de Silicon Valley luego de formularle dos preguntas en específico.
Hiatt decidió probar suerte en Amazon, pese a que nunca soñó trabajar en esa empresa. Lo que la empujó a tomar esa decisión fue ver a los amigos de sus padres ganar mucho dinero como profesionales en tecnología. Fue entonces que decidió buscar un empleo de acuerdo a sus aspiraciones, y al ver que estos puestos escaseaban, decidió enviar su currículum al comercio electrónico, aunque sin muchas esperanzas que la llamen.
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La sorpresa para Ann Hiatt fue grande cuando desde la sede de Amazon la llamaron más pronto de lo que hubiese imaginado. El primer paso fue asistir a una ronda de entrevistas para el puesto de asistente junior, plaza que consistía en trabajar al lado del mismísimo Jeff Bezos.
“No tenía conexiones en la empresa, ningún título en ciencias de la computación y absolutamente ninguna experiencia trabajando para un CEO”, confesó en CNBC Make It.
LAS DOS PREGUNTAS QUE JEFF BEZOS LE HIZO A UNA JOVEN PARA CONTRATARLA EN AMAZON
El proceso de selección siguió su curso y tras una serie de entrevistas que duraban casi las 24 horas, en oficinas donde casi no entraba la luz, la aspirante regresó a su casa con la promesa de que la llamarían. Así fue que pasaron los meses y su teléfono no sonaba, por lo menos no, con la comunicación que ella estaba esperando.
Como sucede la mayoría de veces cuando postulas a un puesto de trabajo y no recibes una respuesta pronta, Hiatt había perdido las esperanzas de que pueda trabajar en Amazon, hasta que un día entró a su teléfono la llamada que tanto estaba deseando.
“Un reclutador de Amazon me pidió que regresara para una entrevista final. Se disculpó por el largo y prolongado proceso y me prometió que este sería el último. Lo que no me dijo fue que sería con el propio Bezos”, contó Ann Hiatt.
La postulante al puesto de asistente acudió una vez más a las oficinas de Amazon, sin imaginar que esta vez la entrevista sería nada menos que con el fundador: Jeff Bezos. La joven se sentó en el cuarto de conferencias, hasta que el propietario de la marca entró y se sentó justo frente a ella.
Hiatt estaba en un momento crucial del proceso para la vacante, y eso no era lo único que la ponía nerviosa, pues sabía que estaba frente a uno de los hombres más poderosos y exitosos del mundo. Fue entonces que Bezos empezó a hablar y lanzó las famosas dos preguntas: ¿Cuántos paneles de vidrio hay en Seattle? y ¿Cuáles son tus objetivos profesionales?
PREGUNTA 1: LOS PANELES DE VIDRIO QUE HAY EN SEATTLE
El exitoso empresario estadounidense empezó con sus interrogantes. La primera pregunta consistía en “un acertijo divertido”. Mientras escribía en la pizarra que se encontraba en la sala de reuniones, le pidió a Hiatt que calcule cuántos paneles de vidrio existen en la ciudad de Seattle. Esto llevó a la reflexión a la aspirante, y su inteligencia la hizo ir más allá de la pregunta que parecía un simple cálculo matemático.
“Hice una pausa para calmarme, recordándome a mí misma que debía pensar en su motivación para hacerme esa pregunta. Quiere ver cómo funciona mi mente, me dije. Quiere verme dividir un problema complicado en pasos pequeños y manejables. Yo puedo hacer eso”, agregó.
El razonamiento aplicado por Hiatt la llevó a responder que el cálculo a la pregunta debería basarse en la cantidad de habitantes que había en Seattle, teniendo en cuenta que cada uno tenía, presuntamente, una casa, una oficina, una escuela, un auto, y todos con ventanas.
“Y luego hicimos los cálculos. Analizamos todos los escenarios, grupos, anomalías y formas posibles de explicar estas excepciones. Sentí que hablé durante horas mientras Bezos llenaba la pizarra con números. Estoy segura de que en realidad no tomó más de 10 minutos”, añadió.
PREGUNTA 2: ¿CUÁLES SON TUS OBJETIVOS PROFESIONALES?
Hiatt cuando escuchó la pregunta no se le pasó por la cabeza adornar su respuesta con alguna frase cliché. Fue directa al grano y sinceró su argumento diciendo que no tenía la menor idea de lo que era ser asistente, pero que había visto a Amazon como una empresa llena de gente ambiciosa, apasionada y que estaba deseosa de ser como uno de ellos.
Bezos apeló a su olfato para reconocer lo que un trabajador podría aportarle y tuvo claro que pese a lo joven que era su futura asistente, era una de esas personas que haría cualquier cosa por lograr el éxito; además de tener la motivación para seguir a su ritmo y tener la idea de ascender constantemente.
El dueño de una de las fortunas más grandes del planeta, no lo pensó dos veces y la contrató en el acto. En ese preciso instante le dijo dónde sería su lugar de trabajo, el cual se encontraba solo a unos metros de él.
Actualmente, Ann Hiatt tiene una consultoría con clientes CEO en todo el mundo, en donde aplica todo lo aprendido en Amazon y Google sobre innovación, retos ambiciosos, crecimiento por méritos y liderazgo. En el 2002 se convirtió en socia comercial ejecutiva para Jeff Bezos y luego trabajó con Marissa Mayer y Eric Schmidt.