Los primeros humanos modernos en Europa tuvieron un antepasado neandertal que podría haber vivido tan solo “cuatro o seis generaciones” antes, según publica hoy la revista británica “Nature”.
La investigación, desarrollada por la Medical School de la Universidad de Harvard (Estados Unidos), extrae esa conclusión tras analizar el ADN del maxilar de restos de un humano moderno hallados en la caverna Petera Cu Oase, en el suroeste de Rumanía.
Al comparar el material genético de los neandertales con el de los primeros seres humanos, los científicos obtuvieron nuevas evidencias que confirman que ambas especies coincidieron en el tiempo y que se cruzaron antes de lo que se creía hasta ahora.
Los humanos modernos se extendieron por el continente europeo hace entre 45.000 y 35.000 años, mientras que los neandertales se extinguieron.
Sin embargo, recuerdan los investigadores, los primeros seres humanos modernos en Europa, aquellos que no procedían de África, conservan en torno al 3 por ciento del ADN de los neandertales.
En consecuencia, los primeros humanos modernos se mezclaron con los neandertales, si bien “el dónde y el cómo” ocurrió esto “es menos claro”, indicaron los expertos.
Para este estudio, los investigadores extrajeron información genérica de un grupo de fragmentos craneanos identificado como Oase 1, que consiste en una mandíbula que tenía una antigüedad de entre 37.000 y 42.000 años.
Según sus análisis, Oase 1 conserva entre el 6 y el 9,4 por ciento del ADN de los neandertales, más que cualquier otro humano moderno estudiado hasta la fecha.
La investigación también determinó que, desde el punto de vista genético, Oase 1 tiene más similitudes con los actuales humanos en Asia Oriental y con los nativos del continente americano que con los europeos actuales.
Este hallazgo, sumado a las pruebas ofrecidas por la arqueología, sugiere que Oase 1 formó parte de un grupo de humanos que se mezclaron con los neandertales, pero que, sin embargo, no contribuyó al desarrollo de los europeos modernos.