Un diputado regional que en febrero pasado propuso un proyecto de ley ante el Legislativo del estado brasileño de Mato Grosso do Sul para impedir la vacunación obligatoria de la población contra el COVID-19 murió el sábado víctima de la enfermedad.
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El legislador Silvio Antonio Favero, que compartía con el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, sus dudas sobre la eficacia y la seguridad de las vacunas contra el coronavirus, murió en el hospital en que estaba ingresado desde el jueves de la semana pasada por complicaciones relacionadas con el virus, informaron sus familiares.
Favero, de 54 años, era diputado de la Asamblea Legislativa de Mato Grosso do Sul por el Partido Social Liberal (PSL), la misma formación por la que Bolsonaro fue elegido presidente en 2018 y de la que se desvinculó el año pasado por divergencias con sus dirigentes.
El legislador regional compartía en sus redes sociales las publicaciones en las que el líder de la ultraderecha brasileña deja claro su negacionismo frente a la gravedad de la pandemia, su desconfianza en torno a las vacunas y su rechazo a las medidas de distanciamiento social.
Favero presentó en febrero pasado un proyecto de ley ante el legislativo de Mato Grosso do Sul para “garantizar el derecho del ciudadano a decidir si quiere o no ser vacunado”.
Esa posición es compartida por Bolsonaro, quien ya advirtió que la vacunación no es obligatoria en Brasil pese a que la Corte Suprema autorizó a los Gobiernos regionales y municipales imponer sanciones a quienes se nieguen a inmunizarse, como dificultarles el acceso a servicios públicos.
Según el texto de ley del proyecto de ley que presentó, “actualmente no hay total seguridad sobre la seguridad de las vacunas, ya que eventuales efectos colaterales pueden ofrecer un riesgo irreparable a mediano y largo plazo que por ahora son desconocidos”.
Brasil, actual epicentro global de la pandemia del COVID-19, registró en las últimas 24 horas 1.986 nuevas muertes por la enfermedad, con lo que el promedio de óbitos en la última semana se ubicó por encima de las 1.800 diarias por primera vez desde el inicio de la crisis sanitaria.
De acuerdo con el Ministerio de Salud, Brasil acumula hasta este sábado 277.091 muertes desde el inicio de la pandemia tras haber registrado entre miércoles y sábado los cuatro días más letales desde el inicio de la pandemia.
El gigante suramericano acumula 11.438.935 infectados, con lo que desplazó a India del segundo lugar en la lista de países con más casos de la enfermedad.
El país asiático era desde septiembre del año pasado el segundo país más afectado por la pandemia después de Estados Unidos, pero sólo contabilizó 24.882 nuevos casos este sábado, con lo que su acumulado hasta ayer (11.333.728) quedó por debajo del brasileño.
Brasil ya era el segundo país en número de muertes por COVID-19, tan sólo superado por Estados Unidos.
Los elevados promedios en los últimos días confirman que Brasil sufre actualmente una segunda ola de la pandemia, más virulenta y letal que la primera, en parte provocada por la circulación de nuevas cepas del virus, entre las cuales la variante brasileña que tuvo origen en la Amazonía y que, según investigadores, es tres veces más contagiosa que la original.
Y mientras que la pandemia avanza a pasos largos, la vacunación sigue su lento proceso y hasta este sábado sólo unos 10 millones de brasileños, el 4,7 % de la población, había recibido la primera dosis del antídoto.