Un miembro de la Guardia Suiza se desmayó este miércoles frente a la mirada del papa Francisco durante la tradicional audiencia general en la sala Pablo VI del Vaticano.
El guardia suizo se derrumbó repentinamente, boca abajo, provocando un gran estrépito con su alabarda y el casco con plumas, constató un fotógrafo de la AFP.
Inmediatamente fue atendido por las personas que lo rodeaban, quienes lo ayudaron a levantarse.
El episodio duró solo unos veinte segundos.
Gracias a las imágenes del incidente, se puede ver al papa Francisco, sentado en un gran sillón tapizado en tela blanca, mientras observa, con mirada preocupada pese a los anteojos, al joven guardia con su traje colorido oficial mientras retoma conciencia.
Después de unos dos minutos, el tiempo que se tomo para recobrar el conocimiento, el guardia suizo fue acompañado fuera de la sala Pablo VI.
Interrogado por la AFP sobre las causas del desmayo y el estado de salud del guardia suizo, el portavoz del Vaticano aseguró que “se trató probablemente de una baja de presión”.
“Ahora se encuentra bien”, agregó.
Para muchos observadores es posible que el famoso uniforme de la Guardia Suiza con rayas azules, amarillas y rojas, un collar plisado de tela blanco vistoso y casco de metal ligero con una pluma de avestruz, no sea adecuado para el calor del verano boreal, pese a que a la inmensa sala del Vaticano cuenta con aire acondicionado.
Además del casco con plumas rojas, ya que en este caso se trataba de un alarbadero, el uniforme de gala lleva pantalones bombachos y una chaqueta con el famoso cuello blanco.
Según el fotógrafo de la AFP , el papa Francisco se acercó al final de la audiencia a hablar con un miembro de la Guardia Suiza, lo que no suele hacer.
La Guardia Suiza es uno de esos cuerpos militares que pese a su peculiar aspecto se toman muy en serio su cometido, ya que se dedica exclusivamente a proteger al papa. Es el ejército más pequeño del mundo y también el más antiguo, tiene más de 500 años de historia.
Fue creado en el 1506 por el papa Julio II y a lo largo de su historia ha tenido sus altibajos y ha estado al borde de la disolución en varias ocasiones.
Al inicio de su pontificado, en 2013, el papa Francisco elogió “la profesionalidad” de la Guardia Suiza vaticana y según rumores de la prensa, el papa argentino llegó a ofrecer una silla y algo de comer al guardia suizo encargado de su protección nocturna frente a su apartamento en la residencia Santa Marta del Vaticano, donde se aloja, ya que no quiso trasladarse al lujoso apartamento pontificio en el palacio apostólico.
Las rígidas reglas de ese histórico cuerpo sorprendieron al papa latinoamericano, quien invitó al desconcertado joven capitán a descansar tras descubrir que había pasado la noche entera de pie.
Como la guardia rechazó aduciendo que las reglas se lo impedían, Francisco le dijo: “Soy el papa y le pido que se siente”, para luego ofrecerle pan y jamón.
Fuente: AFP