Frank Atwood fue ejecutado a los 66 años. (Foto: Captura de video Fox 10)
Frank Atwood fue ejecutado a los 66 años. (Foto: Captura de video Fox 10)

La justicia de Estados Unidos ejecutó a Frank Atwood, un hombre de 66 años condenado por el secuestro y asesinato de una niña de 8 años en Arizona, en 1984. Este es el segundo caso de inyección letal desde su prohibición en 2014.

Atwood pasó 35 años en prisión desde que fue condenado por matar a Vicki Lynne Hoskinson, a quien raptó mientras se encontraba con libertad condicional por otros cargos de secuestro, según detalló el .

“A un niño inocente cuya vida fue brutalmente arrebatada y una familia que ha tenido que soportar décadas de sufrimiento, los arizonenses nunca lo olvidarán”, señaló el fiscal general del estado, Mark Brnovich, en un comunicado.

“Hoy recordamos a Vicki Lynne y nos unimos a sus seres queridos y a la comunidad de Tucson mientras finalmente se realiza su inquebrantable búsqueda de justicia”, agregó.

El secuestro de la pequeña Vicki

El 17 de septiembre de 1984, Vicki fue secuestrada y brutalmente asesinada por Atwood, cuando volvía a su casa de Arizona en bicicleta, después de entregarle una tarjeta de cumpleaños a su tía.

Después de matarla, el sujeto arrojó su cuerpo en el desierto y huyó a Texas, señaló Brnovich. La familia y las autoridades la buscaron intensamente hasta que 7 meses después, un excursionista encontró su cuerpo en descomposición.

Anteriormente, Atwood había sido condenado por secuestrar a dos niños en California y se mudó a Tucson días antes del asesinato, violando así su libertad condicional. Fue capturado y en 1987 fue condenado.

Una inyección letal

El sentenciado murió a las 10:16 a.m. del último miércoles, 12 minutos después de que la justicia de Arizona le inyectara un suero letal. Durante la ejecución estuvieron presentes la madre de Vicki Lynne, Debbie Carlson, el padrastro, George Carlson y otros miembros de la familia.

La esposa de Atwood también presenció el acto. Ellos habían contraído matrimonio en 1991, después de su sentencia y un despertar religioso ortodoxo griego.

La muerte de Atwood es el segundo caso de una ejecución con inyección letal, luego que en mayo el estado decidiera acabar con la vida de Clarence Dixon, el primer hombre ejecutado en el estado desde 2014.

En aquel año, Joseph Wood recibió 15 inyecciones letales y lucho casi por dos horas antes de morir.

Actualmente, en Arizona existen 111 condenados a muerte, 22 de los cuales han agotado todas sus apelaciones legales, según el fiscal general.