Un niño afgano de cinco años, que permanecía en un centro de refugiados polaco tras ser evacuado de Afganistán, murió este jueves tras ingerir unas setas venenosas que había recogido con sus hermanos, según fuentes hospitalarias.
El equipo médico que atendió al niño en el Hospital Pediátrico de Varsovia certificó la “muerte cerebral” del niño tras varios días de lucha contra una insuficiencia hepática grave que desencadenó lesiones cerebrales irreversibles.
Él y sus dos hermanos salieron a recoger setas en las inmediaciones del centro de acogida para refugiados de Podkowa Lesna-Debak, a unos 20 kilómetros al sur de Varsovia, a petición de sus padres, quienes también están en el centro.
Los dos hermanos del fallecido permanecen hospitalizados. La hermana mayor, de 17 años, evoluciona favorablemente; pero el menor, de seis, tuvo que ser intervenido y se le trasplantó un hígado el martes.
Este menor se encuentra muy grave y se teme por su vida. El doctor Marek Migdal, que atendió al niño fallecido, afirmó que su estado es similar al de su hermano “hace dos días”, por lo que “desgraciadamente, su pronóstico es desfavorable”.
La familia afgana llegó a Polonia el 23 de agosto desde Kabul, desde donde fueron evacuados en uno de los aviones fletados por el Gobierno polaco para rescatar a los ciudadanos afganos que colaboraron con las misiones diplomáticas y militares de gobiernos occidentales.
Según el Gobierno polaco, el número de civiles afganos que han llegado a Varsovia gracias a la operación de evacuación que llevó a cabo Polonia asciende a 1.021.
Todas estas personas deben guardar cuarentena antes de que se decida dónde serán reubicadas y en qué condiciones, según informó un portavoz del gobierno polaco la semana pasada.
Fuente: EFE