Rusia niega el uso de bombas de racimo en Siria

Rusia negó que su aviación use bombas de racimo en la operación militar contra los yihadistas del Estado Islámico en Siria, como ha denunciado la organización Human Rights Watch (HRW).

HRW acusó a Moscú de matar a 35 civiles con estas armas prohibidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

"Rusia lleva a cabo su operación en estricta consonancia con las normas del derecho internacional, incluidas aquellas que prohíben determinados tipos de armas. Nadie puede tener dudas de ello", aseguró en una rueda de prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

HRW denunció nueve ataques de las aviaciones siria y rusa que, según datos de la ONG, acabaron con la vida de 35 civiles, entre ellos cinco mujeres y 17 niños, e hirieron a decenas.

El uso de este tipo de munición viola la resolución 2139 de Naciones Unidas, que pidió en febrero de 2014 a todas las partes del conflicto sirio finalizar el empleo indiscriminado de armas en áreas pobladas del país árabe.

Un total de 118 países, entre ellos Rusia, Estados Unidos y Siria, han prohibido las bombas de racimo debido al daño que ocasionan. Tras ser disparadas explotan en el aire y esparcen cientos de pequeñas bombas sobre áreas del tamaño de un campo de fútbol.

Sin embargo, a menudo su mecanismo falla y no estallan en el aire, con lo que dejan restos tan peligrosos para los civiles como las minas antipersonales. Desde 2012 y hasta finales de 2014, este tipo de armamento ha sido el responsable de la muerte de 1.968 personas, la mayoría de ellas civiles. EFE

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