La muerte del novelista Mario Vargas Llosa no solo llena de pesar al mundo de la literatura y de las letras en el mundo. También genera un hondo pesar en el peruano de a pie que por casi seis décadas se ha visto identificado en la obra del único Premio Nobel que ha dado nuestro país, quien en más de una ocasión recordó la importancia que ha tenido el Perú en su larga carrera.
“Yo soy el Perú”, señaló una vez, para afirmar que él era consecuencia de las luces y sombras, de las alegrías y pesares, de las virtudes y defectos de este maravilloso y complejo territorio que habitamos.
Se trata, sin duda, del peruano más ilustre, el más universal, el que más lejos llegó en lo suyo, y también el que más alto ha dejado el nombre del nuestro país en el mundo. Las reacciones a su muerte así lo demuestran. No hay país donde falte un lector al peruano que lo logró todo en el ámbito literario, en base a trabajo, la disciplina y la honestidad.
Tras la partida del novelista nacido en Arequipa hace 89 años, queda el consuelo de que su obra perdurará, lo que en cierta forma lo mantendrá vivo.
En Correo creemos que el mejor homenaje a quien acaba de partir rodeado de su familia y en paz frente al mar de Barranco, es leer su obra, lo que sin duda ayudará a conocer mejor nuestro país de la mano de la pluma de un inmortal.