Si es verdad que la presidenta Dina Boluarte no conoce el condominio Mikonos y que su operación a casi mitad del año pasado fue por una necesidad médica y no estética, quedaría confirmado que a la señora el cargo le ha quedado inmenso y que carece de asesores políticos, pues resultaría inconcebible que si no hay nada que ocultar en un inocente paseo de fin de semana y un procedimiento quirúrgico, se haya tenido al país en vilo por tanto tiempo sin que la señora salga a aclarar todo públicamente desde un primer momento.
Nuevamente, asumiendo que es verdad lo señalado por la mandataria en la noche del jueves último al lado de sus ministros, en el sentido de que estuvo en una playa del sur de Lima con familiares y que su intervención fue por un problema respiratorio, aunque debería aclarar por qué la operó un cirujano plástico como Mario Cabani y no un otorrinolaringólogo, entonces por qué propiciar la inestabilidad del país con su mutismo. ¿Nadie le ha dicho a la jefa de Estado que eso afecta al país y en especial a las inversiones y la generación de empleo?
La presidenta Boluarte ha afirmado, muy segura de sí y hasta en tono desafiante, que toda la verdad y sus detalles los dirá una vez que sea citada por el Ministerio Público, al que casi ha pechado por abrirle carpetas fiscales ante una nueva denuncia periodística. Sin embargo, un gobernante que se respete, no solo tiene que ser transparente frente a las autoridades judiciales, sino, sobre todo, ante los ciudadanos, ante los gobernados, ante los peruanos de a pie, pues ellos son los que para bien o para mal, lo pusieron en Palacio de Gobierno con sus votos.
Nada hubiera pasado si ante el menor asomo de denuncia de una permanencia de la mandataria en un lugar al sur de Lima donde se especulaba estaba el prófugo Vladimir Cerrón, versión que además salió de un audio grabado a su ministro del Interior, Juan José Santiváñez, la señora se paraba frente a una cámara y nos contaba detalles de su paseo familiar. Ahí quedaba todo. Lo mismo con su operación. ¿Alguien iba a criticarla o a pedir su vacancia por someterse a una intervención por una dificultad respiratoria? ¿Acaso se viola así su privacidad? ¿Quién la asesora?
La mandataria se ha quejado del Ministerio Público y del Congreso, dos entidades que no dan para más y que son parte de los grandes problemas que atraviesa el país. Sin embargo, si lo dicho por la señora es cierto, su silencio y nula vocación por la transparencia han sido una tremenda irresponsabilidad con el país, pues las dudas, la confrontación y la inestabilidad han ido creciendo como una bola de nieve durante los últimos meses, cuando hay serias dificultades que deben ser afrontadas sin tanto ruido político generado nada menos que por la primera autoridad del país.