Hace unos días la congresista de Perú Libre, María Agüero, quien fue elegida por la región Arequipa, ha vuelto a hacer lo que mejor sabe: defender a delincuentes prontuariados cuyo único lugar debería ser una celda; y también regalarnos una carcajada, tal como sucede cada vez que suelta uno de sus ya habituales disparates que no hacen más que mostrarnos el abismo profundo en que ha caído la política peruana y también la irresponsabilidad del elector que acude a las urnas a votar de cualquier forma.

En el año que se va, esta señora ha hecho historia, primero por sacar cara por la brutal y sanguinaria narcoterrorista conocida con el alias de “camarada Vilma”, a la que no permite que le digan “terrorista” porque la ofenden; y también por salir en defensa del asesino y secuestrador Víctor Polay Campos, alias “Rolando”, nada menos que el cabecilla de la banda armada denominada MRTA. Sí, la señora a la que pagamos su sueldo ha puesto el pecho por estas hienas.

El fin se semana, siempre en su tónica de defender a delincuentes, la legisladora Agüero ha dicho que su líder, el prófugo Vladimir Cerrón, debería ser el próximo presidente del Perú para que acabe con la miseria de este país. Surrealista. Se trata de una congresista defendiendo a un ladrón del presupuesto de los peruanos, tal como lo señala y confirma el Poder Judicial, pero como siempre acá no pasará nada, pues la Comisión de Ética anda muy ocupada defendiendo a los ladrones del sueldo de sus trabajadores.

Aparte de defender a esta gente, la congresista por Arequipa también suele hacernos reír de vez en cuando con su “coherencia” de pertenecer a un partido de izquierda radical y que propone la destrucción de la democracia y las libertades, según su ideario, y de otro lado poseer propiedades en California, Estados Unidos, país que según la ideología anclada en los años 60 que pregona de la boca para afuera, tendría que ser destruido para que todos vivamos en “armonía” y “felices” como en Corea del Norte o Cuba.

La vergüenza del actual Congreso no radica solo en la presencia de “mochasueldos”, “viajeros”, “niños” y demás, sino también en el hecho que los peruanos hayan podido votar por alguien como Agüero, que defiende públicamente a quien le ha metido la mano en el bolsillo a los ciudadanos del Perú, además de hacerlo también si se trata de vulgares terroristas que han despedazado a peruanos inocentes, tal como hace la criminal “Vilma” en la selva donde opera en alianza con el tráfico de cocaína.