Si bien la protesta original de los transportistas en contra de la violencia y en especial las extorsiones era muy justa y digna de apoyo de todos los peruanos, es evidente que con el paso de los días este reclamo se ha visto contaminado no solo con el oportunismo barato de muchos políticos, sobre todo de los de izquierda repudiados por haber apoyado al golpista e inepto Pedro Castillo, sino también con amenazas como la de sabotear la Cumbre de Líderes APEC que se llevará a cabo en Lima en menos de un mes.
El miércoles último, los peruanos vimos a uno de los tantos dirigentes de los transportistas amenazando con que si el Congreso no vaca a la presidenta Dina Boluarte por medio de una propuesta que ellos presentarán, como si la ley se los permitiera, harían un paro desde el 11 de noviembre con la única intención de sabotear la reunión de líderes que empieza días después. ¿Y qué tiene que ver APEC con las extorsiones? ¿Acaso si naufraga el encuentro internacional se erradicará a la criminalidad de las calles?
Si este señor quiene venir a imponer su agenda política, que por lo menos se dé el trabajo de postular a la Presidencia de la República o al Congreso y ganar junto a una mayoría, para que lo haga desde dentro de la legalidad en lugar de apelar al chantaje y el “apretón”. Quizá le vaya bien como al hoy presidiario Castillo, que de dirigente intransigente, agitador, tirapiedras y quemallantas llegó a Palacio de Gobierno con el apoyo de la izquierda, que de paso nos trajo a la señora Boluarte.
Es claro que hay que diferenciar las exigencias de los transportistas que están bajo el fuego del hampa desde hace varios años en que han tenido que pagar cupos y sepultar a varios de sus colegas, del oportunismo barato de ciertos politicastros y de quienes aspiran a convertirse en unos de ellos, sea desde el partido de personajes tristes como el asesino de policías Antauro Humala, el casi recluso Martín Vizcarra o de otros que han salido a ver qué pescan de estas protestas.
Es evidente que el Poder Ejecutivo y sus organismos, el Poder Legislativo que muchas veces parece la cara visible de ciertas mafias, el Ministerio Público y el Poder Judicial son los grandes responsables de la violencia en las calles, pero es inaceptable que el país venga a ser chantajeado por políticos de medio pelo y desestabilizadores que bajo amenaza de acciones violentas (¿de qué otra forma van a frustrar una cumbre de líderes internacionales?), buscan afectar más al Perú y hacerse notar con fines electoreros.