El coronavirus ya está en Estados Unidos y se encendieron los sistemas de alarma para toda América. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de este país confirmó que los 53 casos de esta enfermedad se propagarán y que los norteamericanos deben prepararse para una pérdida de ingresos y cambios en sus vidas. Si a esto sumamos que la Organización Mundial de Salud dijo que tenemos que prepararnos para una potencial pandemia “porque no es realista decir que se puede parar la transmisión entre países”, estamos ante un problema muy serio.
Por ahora las consecuencias en nuestro país se dan por el tema económico. China redujo su demanda de cobre y uno de los países perjudicados será el Perú, cuya economía sería golpeada. Además, las bolsas han caído ya que los inversionistas no quieren afrontar riesgos y ha subido el dólar.
Es evidente que el Gobierno no solo debe tener un plan para afrontar un panorama crítico de nuestra economía sino fundamentalmente adoptar previsiones ante una propagación del coronavirus que alcance a nuestro país. Si hay dificultades para combatir el dengue imagínense el escenario con el temible virus instalado aquí. Esperemos que las instituciones del Estado estén a la altura del reto mayúsculo que significa evitar que ingrese la enfermedad o de combatirla con eficacia en el caso logre entrar.