La próxima reunión del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Perú abre una puerta única para profundizar nuestro papel en el comercio global. En 2008 y 2016, las cumbres APEC en nuestro país no solo fortalecieron nuestras relaciones comerciales, sino que impulsaron el ingreso de inversiones y consolidaron alianzas estratégicas con economías clave de la región Asia-Pacífico. La firma de tratados como el Tratado de Libre Comercio con China en 2010, resultado de un acercamiento facilitado por APEC, es solo un ejemplo del impacto positivo de este foro.

En esta nueva oportunidad, se espera que APEC 2024 propicie la apertura de nuevos acuerdos, especialmente con economías en expansión y alineadas con nuestros sectores estratégicos, como Australia, Vietnam y otros países del sudeste asiático; profundizar los lazos con Japón y Corea del Sur, podrían ser logros significativos que fortalezcan la competitividad del Perú en la región, y claro está, fortalecer nuestra relación comercial y económica con los Estados Unidos.

Sin embargo, el éxito para el Perú de foros como el APEC dependerá de nuestra capacidad de generar sostenidamente políticas públicas alineadas a las mejores prácticas internacionales. Este debe ser el punto de reflexión pues si miramos los últimos dos quinquenios la inestabilidad política y la improvisación han sido el centro del debate público y no necesariamente las políticas públicas que el país necesita impulsar.

Este APEC 2024 no es mera vitrina de negociaciones comerciales, sino una plataforma para poner en marcha mejoras estructurales que fortalezcan nuestro ecosistema empresarial y nuestro rol en la economía global. Miremos más allá de los foros y trabajemos con compromiso por la competitividad, innovación y una agenda pública de desarrollo. Solo así el Perú podrá maximizar las oportunidades que ofrece APEC y aprovechar las inversiones que se vienen desarrollando.