“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos vemos retados a cambiar nosotros mismos”, decía Viktor E. Frankl, magnífico neurólogo y psiquiatra, superviviente del Holocausto. Recalcaba que lo verdaderamente importante es qué está pidiendo la vida de nosotros, y no tanto lo que “yo quiero” de la vida.

Las circunstancias actuales parecen pedirnos reencontrarnos con nosotros mismos, con nuestra familia, y con nuestra capacidad de volver a aprender. Los padres de familia tienen la oportunidad de avanzar en este camino, con la estrategia educativa del MINEDU, “Aprendo en Casa”.

Algunos enfoques muy valiosos de este programa, son: (i) la importancia del bienestar emocional para impulsar los aprendizajes, (ii) el valor de la autonomía (para grandes y chicos) como una competencia central del Siglo XXI y (iii) la necesidad de que los aprendizajes deben ser significativos, es decir, los niños deben poder relacionar lo que aprenden con sus vivencias, en este caso, con todo lo que puedan experimentar en sus casas.

Gracias a Aprendo en Casa, los adultos estamos pudiendo reconocer estos aspectos pedagógicos, para integrarlos dentro de nuestras prácticas. Por eso, este tiempo de cuarentena va a darnos muchas herramientas como padres de familia, para acompañar, aún mejor, a nuestros hijos; fortaleciendo ese equipo estrella de: escuela, familia y comunidad.

Si todos nos preguntamos ¿qué espera la vida de mí mismo en esta situación?, la educación podrá salir fortalecida a mediano plazo, por más que, al corto, parezca que no se lograron “los mismos aprendizajes que en un año común”. En este momento extremadamente difícil, podemos buscar encontrar el mejor provecho posible y fortalecer las bases de una educación de mayor calidad, más pertinente, equitativa e inclusiva para nuestros niños