El Congreso ha aprobado con 76 votos a favor, 41 y en contra y una abstención, el someter a debate la moción de vacancia presentada contra el presidente Pedro Castillo, quien de esta manera tendrá una gran oportunidad de darle la cara al país –si es que no comete el gran error político de mandar a su abogado– y tratar de explicar los escándalos que han salpicado su régimen caracterizado por la incompetencia y la corrupción.

La moción por la que debe responder el jefe de Estado es muy clara. Se basa en las contradicciones y mentiras dichas en las investigaciones del Ministerio Público, la designación de ministros impresentables y la existencia del llamado “gabinete en la sombra”, además de las declaraciones dadas a CNN, en que el mandatario deja abierta la posibilidad de dar a Bolivia una salida soberana al mar, que ya han motivado una acusación constitucional.

Es de esperarse que si se atreve a acudir al hemiciclo el próximo lunes 28 de marzo, el mandatario vaya al grano y responda con precisión por estos hechos, y no se escape por la tangente con su discurso sensiblero y de victimización, como ese que dice que “la derecha y los grupos de poder no perdonan que un profesor rural, rondero y campesino haya llegado al poder”; o que se ponga a repetir la palabra “pueblo” ante la falta de argumentos.

Que dé la cara y hable ante el país de las andanzas de Karelim López, sus fiestas y sus mariachis; de Bruno Pacheco, sus 20 mil dólares y los ascensos militares; de los sobrinísimos y sus reuniones nocturnas en Sarretea; de Zamir Villaverde y sus negocios; de “Los niños” y las licitaciones en Transportes y Comunicaciones; de los ministros con prontuarios; y de sus sueños de dar mar a Bolivia en nombre del “pueblo” y “la patria grande”. Es su oportunidad de hacerlo.

Esto, por si acaso, no es invento de nadie, ni de los medios, ni de la oposición, ni de la “derecha vacadora”. Todo ha sido “inspiración” del presidente Castillo y de la gente de la que se ha rodeado. Solito se ha puesto en esta situación crítica y que en teoría podría costarle el cargo. Y señalo “en teoría” porque lo más probable, salvo que estalle una “bomba” en los próximos, es que esta vez lo terminen salvando los votos de Acción Popular, Alianza para el Progreso, Podemos y Somos Perú.

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